Con las crisis económicas continuadas que se vienen padeciendo, no son pocas las empresas que se han visto en una situación de insolvencia crítica donde no han podido hacer frente a pagos a sus deudores, ya sean proveedores, bancos o empleados. Con el concurso de acreedores express (modalidad del concurso de acreedores tradicional), se evita el costoso y largo proceso judicial que tendría como finalidad el pago a los acreedores.

El concurso de acreedores es el procedimiento jurídico a través del cual es posible solucionar problemas de insolvencia y de falta de liquidez de un negocio o empresa que se ve imposibilitada de afrontar los pagos debidos. Se trata de una situación cada vez más habitual, a tenor de las situaciones de debilidad económica que sufren las organizaciones comerciales, estados y el mundo en general. Y es que, las situaciones de inestabilidad económica, ya sea por pandemia, por revueltas sociales o crisis del propio capitalismo no dejan de sucederse.

Pero, como norma general, estos procedimientos son demasiado largos y costosos, por lo que se crea la figura del concurso de acreedores express. Este sistema legal permite solucionar estas crisis empresariales en periodos más cotos de tiempo. Una solución que es mucho más económica que el concurso normal, el cual requiere de más actores y tiempo para llegar al mismo resultado.

¿Qué es el concurso de acreedores express?

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La diferencia fundamental que existen entre un concurso acreedores normal y otro express es que este último es una modalidad a la que puede acogerse toda empresa que, estando en situación de crisis sin poder afrontar los pagos, no tenga bienes ni activos suficientes con los que hacer frente a sus deudas.

Conocido como concurso de acreedores express barato por tener un coste significativamente menor al tradicional, no tiene por qué ser menos eficaz y consigue lograr los objetivos de acuerdos entre el empresario en quiebra y sus acreedores. La Ley Concursal, en su artículo 176 Bis 4, contempla una modalidad de concurso de acreedores cuyo objetivo es el de reducir los recursos judiciales, ya sean estos humanos o materiales. Pero es solo una opción que se ofrece cuando la organización que pide el concurso demuestra que no posee ni los activos ni los bienes suficientes para hacer frente a las deudas que ha contraído con los acreedores (proveedores, empleados…).

La tramitación de un concurso de acreedores normal suele ser un procedimiento judicial largo y complejo. La finalidad de este tipo de concurso es acabar con los bienes existentes, ofreciéndolos como pago. Al carecer de ellos, por insuficientes o por inexistentes, el procedimiento en sí carece de sentido.

Por lo tanto, queda claro que un concurso de acreedores express es lo que hace falta para las empresas sin bienes ni activos, ya que en el propio Auto de declaración se procederá a su conclusión. Esta rapidez en el desarrollo de las diligencias significa que no habrá necesidad alguna de nombrar administradores concursales ni tampoco se procederá a la liquidación de la sociedad.

Otras diferencias con respecto al concurso de acreedores habitual

Como ya se ha comentado, para este tipo de procedimiento se prescinde del administrador concursal, ya que no es necesario tomar ningún control sobre la situación. El empresario aportará la documentación que justifique el procedimiento express. Posteriormente, el juzgado lo examinará y ofrecerá su conclusión, todo en el mismo momento. Pero esta no es la única diferencia.

Es extremadamente económico en comparación con el ordinario, ya que se está ahorrando el pago del administrador, esto significa que no se ejecuta la denominada Fase de Calificación, es decir, que no se duda de la responsabilidad de la parte deudora. Por otro lado, tampoco habrá fase común, ni convenio de liquidación, ahorros que se suman a los periodos de duración que se acorta hasta unas semanas solo.

El tiempo es dinero, y como el juez dicta al mismo tiempo, en el mismo auto, la apertura y la conclusión del concurso, el ahorro de tiempo es muy significativo. Además, el juez concursal solicita la extinción de la sociedad y el cierre de la hoja de registro.

¿En quién confiar para sacar adelante un Concurso de Acreedores Express?

Para llevar con pulso firme y a buen puerto este tipo de proyecto, lo más recomendable es ponerse en manos de un profesional. Lo más acertado es que sea alguien con una sólida carrera en la gestión de crisis de empresa. Alguien que certifique experiencia y resultados positivos y contrastados, como ocurre con Igor Ochoa, fundador de la consultoría estratégica Dipcom Corporate y uno de los más reconocidos expertos españoles en el tratamiento de crisis y reestructuración de empresas.