La sociedad en la que vivimos da cada vez más importancia a los hábitos de vida y las formas en las que cuidamos de nuestro cuerpo y salud. El hecho de sumar rutinas de ejercicio a nuestra cotidianidad, o de velar por mejorar la calidad de la alimentación, son muestras de ello. Todo se resume en que la forma en la llevamos nuestro día a día, nos aporte mayor bienestar, energía y vitalidad en el presente y también en el futuro. Seguro que habrás escuchado aquella frase de que «somos lo que comemos». Y siguiendo esta premisa, tan cargada de realidad, una excelente opción para integrar a nuestra dieta diaria es la carne congelada.

Como bien sabemos, la carne es una de las principales fuentes de proteína a la que tenemos acceso. Sea de aves, de res o de pescado, suma nutrientes de gran calidad a nuestro organismo, vitales para mantener los niveles de energía. Y aunque solemos pensar que la mejor comida es la que llevamos a cocción apenas hemos comprado, la realidad es que la comida congelada es una de las mejores incorporaciones que podemos hacer a nuestra cotidianidad, sumando practicismo y salud.

Los alimentos congelados, ¿Cómo son?

Los ritmos de vida modernos están condicionados por la velocidad. Debemos cumplir con responsabilidades laborales, domésticas, familiares y sociales. Y en ese camino, no siempre tenemos el tiempo suficiente para prestar la debida atención a la alimentación. Entonces podemos caer en el error de la comida rápida o de la nutrición insuficiente. En este sentido, la comida congelada es una de las mejores alternativas para no sacrificar la calidad de los alimentos que nos nutren en el día a día.

Entre los beneficios más obvios que encontramos a la hora de consumir alimentos congelados, aparece la rapidez con la que podemos prepararlos. No necesitaremos más que algunos minutos para sacar del congelador, llevar al horno o al microondas y tener lista nuestra cena. Pero además de ello, el factor económico también suma. Es mucho más saludable y barato tener comida congelada en casa, que comprar comida lista todos los días. Pero más allá de ello, en relación a la salud también se suman algunas ventajas importantes, que vale la pena considerar.

Las principales ventajas de la comida congelada

La congelación de alimentos es una técnica ancestral, que se mantiene hasta nuestros días. A través de este método se consigue conservar los nutrientes de la comida, detener el proceso natural de degradación y evitar el crecimiento de las bacterias. Veamos juntos otras de sus principales ventajas.

La seguridad y la higiene

El primer punto que queremos destacar sobre las ventajas de la comida congelada, es que se trata de una forma de conservación muy segura. La degradación natural de los alimentos ocurre de manera mucho más lenta cuando están congelados. Además, el frío impide el desarrollo de numerosas bacterias y microorganismos, que se reproducirían a gran velocidad si la comida no estuviese congelada.

La frescura

Para quienes no están acostumbrados a este tipo de alimentación, una de las ideas más recurrentes es que puede tratarse de alimentos poco frescos. Y la realidad indica todo lo contrario. Si la comida ha logrado mantener la cadena de frío, los alimentos conservan todas sus cualidades al ser descongelados. Se puede apreciar con las carnes, las aves, los mariscos, las frutas. las hortalizas, las verduras y todo tipo de alimentos, que al descongelarlos, preservan sus colores, sabores, apariencia y textura.

El valor nutritivo se mantiene

Otra ventaja de la comida congelada que bien vale la pena considerar, es que suma practicidad a nuestro día a día, sin sacrificar el valor nutricional de los alimentos. DE hecho, casi todos los nutrientes de los alimentos congelados se mantienen sin pérdida alguna.

Aplicable a casi cualquier alimento

Otra de las grandes ventajas de este método, es que aplica a prácticamente todos los alimentos que consumimos. Tanto los crudos como las preparaciones ya listas, pueden congelarse y disfrutarse luego, en el momento en que lo desees.

El ahorro

Y como te comentábamos al principio del artículo, una de las más notables ventajas de la comida congelada es el ahorro que implica. Si eres de cocinar poco, comer en la calle es una verdadera renta. Y si tienes poco tiempo, comer comida fresca y recién hecha te implicará planificación y tiempo. Con la comida congelada controlas tu presupuesto, comes sano y sin invertir muchas horas.

Carne de res, pescados, mariscos, verduras y hortalizas, legumbres, frutas… todos ellos son alimentos aptos para congelar y mantener cocidos y crudos en tu heladera por el tiempo que desees. Ya no tendrás que improvisar cenas apuradas ni caer en la tentación del delivery. Con revisar tu comida congelada, descongelar, calentar y servir el plato que más te guste, ya tendrás resuelta la cena familiar.