Hay preguntas sobre la existencia que pueden acompañarnos toda la vida sin que obtengamos en algún momento una respuesta satisfactoria o definitiva: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, ¿o cuánto tardaría un vampiro en beberse tu sangre realmente? Afortunadamente, gracias a un grupo de ociosos investigadores británicos, ya tenemos respuesta para esta última pregunta, como podrás leer a continuación.
¿Cuánto crees que tardaría un vampiro en beberse tu sangre? ¡Descubre la respuesta!
Si es un vampiro consciente, de aquellos que cuidan a sus proveedores (llámense éstos esclavas, amantes o ganado), y no un glotón, capaz de dejarte seco de una sentada o, más bien, de una chupada, es probable que una sesión de vampirismo no sobrepase los siete minutos. ¿Cómo sabemos esto? Gracias a cuatro investigadores de la Universidad de Leicester (Inglaterra), que realizaron un estudio sobre el tema y cuyos resultados se publicaron en el Journal of Phisics Special Topics.
Estos investigadores partieron de la hipótesis de que el vampiro no tiene intenciones de matar a su donante, por lo que en cada sesión no chupará más de un 15% de la cantidad de sangre de una persona, alrededor de 750 cc, o tres cuartos de litro; y calcularon que trasvasar esa cantidad a través de dos agujeritos de 0,5 milímetros, lo que más o menos vendría a ser la mordida de dos colmillos humanos, tardaría 6,4 minutos. Un chupador precoz, pero considerado.
Un ataque total implicaría que el vampiro dejaría seca a una persona en menos de 90 minutos y no tendría que temer la llegada del sol, como le pasó a Nosferatu en la clásica versión cinematográfica de Murnau (1922), y hace más verosímiles los ataques de vampiros de la popular serie de televisión de HBO, True Blood (2007-2014).
Quizás habría que contrastar estas cantidades con los parientes literarios, pero reales, de estos seres imaginarios: los murciélagos vampiros. Existen tres especies de murciélagos hematófagos, todas en América, y pueden encontrarse desde México hasta Argentina, y no son chupadores de sangre, sino lamedores, es decir, su técnica consiste en hacer incisiones en sus víctimas y luego lengüetear la sangre, usando su saliva como anticoagulante. Posiblemente debido a su tamaño no puedan competir en glotonería con sus parientes ficticios: sólo pueden ingerir entre 20 y 40 cc por sesión, y de por sí esa cantidad hace muy difícil que después de un ataque exitoso puedan emprender el vuelo.
Un vampiro saciado de sangre no suele ser tan elegante y romántico como uno hambriento y seductor, y en eso tal vez sean idénticos los vampiros literarios y los murciélagos americanos.
Así que si te encuentras en la improbable situación de que un vampiro vaya a dejarte sin sangre, sabes que tienes muy pocos minutos. Como contrapartida, lee nuestro artículo sobre los verdaderos bebedores de sangre humana.