Un estudio reciente realizado en el Reino Unido y en el que se analizaron más de 2.000 obras de arte podría contribuir a entender cómo evolucionan algunos trastornos cognitivos como el Alzheimer, el mal de Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas, a través de una técnica conocida como el análisis de fractales.
Dalí, Picasso… Sus obras podrían revelar trastornos cognitivos
¿Has escuchado hablar de los fractales? Son figuras geométricas que se repiten a diferentes escalas en un mismo cuerpo y son muy frecuentes en la naturaleza. Podemos verlos en los cristales de nieve, en la estructura de un helecho o en los diseños que adoptan las grandes bandadas de aves migratorias. El análisis de fractales se ha utilizado en la teoría del caos, en el intento por comprender y predecir las distintas fuerzas que moldean nuestro clima, y más recientemente se ha utilizado para estudiar algunos patrones reiterativos en las obras de grandes compositores musicales.
Pero más recientemente este tipo de análisis se ha aplicado a la obra de grandes maestros de la pintura, partiendo de la idea de que cada artista tiene un modo determinado de ejecutar las pinceladas y que su estudio podría revelar en algunos casos la presencia o no de trastornos cognitivos.
Ésta fue la premisa con la que un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) realizó un estudio de 2.092 pinturas realizadas por 7 grandes pintores a lo largo de su carrera, concluyendo que en las mismas se podían detectar cambios producidos en la disposición y número de fractales, tanto en número como disposición de los mismos, causados por la edad o por trastornos neurodegenerativos.
Los artistas estudiados fueron Salvador Dalí, Norval Morriseau, James Brooks, Willem de Kooning, Marc Chagall, Pablo Picasso y Claude Monet; y se sabía de antemano que Morrisseau y Dalí sufrieron de Parkinson, y de Kooning y Brooks de Alzheimer. El caso de Picasso se tomó como referencia, pues cuenta con una obra extensa y no sufrió ningún trastorno neurodegenerativo.
En general, los aspectos fractales –las pequeñas repeticiones cuasi geométricas– fueron variando a lo largo de la carrera de cada pintor, con una tendencia general a incrementarse con la edad; excepto en el caso de los dos pintores afectados por Alzheimer, en el que el número de fractales disminuyó entre los 40 y los 80 años.
En el caso de Salvador Dalí y Norval Morrisseau, el número de fractales fue en ascenso desde los 20 años hasta alcanzar su punto más alto a los 60 años, cuando comenzaron a disminuir, dibujando una especie de U invertida.
Los investigadores, que publicaron un avance de este estudio en la revista y página web de la Asociación Americana de Psicología (Neuropsychology), reconocen que no se trata de un estudio concluyente y que aún hay muchas interrogantes por resolver, sin embargo, creen que afinar este instrumento podría ayudar a detectar trastornos cognitivos y enfermedades neurodegenerativas.
Estudios de esta clase, que de hecho siguen siendo polémicos, no desdicen del valor artístico de las obras de estos maestros de la pintura, y agregan en cambio un nuevo juego cuando uno se aproxima a una obra de Dalí o Picasso: tratar de adivinar qué clase de fractales hay.
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