El pueblo gitano constituye una comunidad de habitantes que proceden posiblemente en la India y que poseen características culturales comunes. En nuestros días los podemos encontrar principalmente en el continente europeo pero también están presentes, aunque en menor grado, en el resto del mundo. Sabes ¿quiénes son y de dónde proviene el ancestral pueblo gitano?
Los orígenes
La palabra gitano deriva del vocablo “egiptano”, ya que anteriormente se creía que los gitanos eran originarios de Egipto. Sin embargo, la India es el lugar de partida del extenso recorrido que el pueblo gitano inició en el siglo V. Su lengua (el romaní), así como sus rasgos semejantes a los de los hindúes, ponen de manifiesto este origen.
Su primera parada importante se registró en Grecia, en el puerto llamado de Modón y también conocido como “pequeño Egipto”. En esta zona es donde se conocieron las principales costumbres y hábitos de este grupo, a los que se los llamó “gitanos” o “gipsy”.
Su recorrido continuó en el siglo XV a través de Europa Central, donde el Rey de Bohemia les brindó resguardo y protección.
Entre tanto, en el siglo XVII, se les atribuía otros orígenes: algunos historiadores ubicaban a los gitanos como descendientes de los judíos, mientras que otros afirmaban a ciencia cierta que lo eran pero de los druidas.
Siglo XX
En pleno siglo XX es cuando se registra la más elevada discriminación hacia los gitanos a tal punto que eran vigilados de manera especial. En virtud de esto, en el año 1960 la Iglesia Católica se compromete en la mejora de las condiciones de vida de toda la población gitana.
Debido a la inestabilidad económica por la que atravesó toda Europa del Este a finales del siglo XX, la población gitana se vio obligada a trasladarse en masa con destino a Europa Central. En la actualidad es una comunidad muy diversificada internacionalmente y sin un territorio propio.
La leyenda sobre los gitanos
De acuerdo a una leyenda antigua, en cambio, los gitanos eran los herederos directos de Adán y de una dama anterior a Eva que no habría comido la manzana prohibida. Es por esto que estarían libres del pecado original y, por consecuencia, de la obligación de trabajar.