Muchos de nosotros no tenemos consciencia de ello, pero somos un depósito de microorganismos. En nuestro cuerpo, y aunque nos parezca mentira y nos produzca cierta angustia, tenemos 10 veces más microorganismos que células. Uno de esos microorganismos que resulta especialmente inquietante es el Demodex Folliculorum. Acompáñanos a conocer a los Demodex, los ácaros sin ano que habitan en nuestra cara.

Demodex, los ácaros que habitan en nuestra cara

Como en una película de terror, los demodex viven en la piel que cubre nuestro rostro, alimentándose al parecer de la piel muerta y el sebo que producimos.

Por la noche, sus ocho patas en forma de tocones los ayudan a reptar por nuestra piel hasta que encuentran pareja para reproducirse. Cualquier poro puede convertirse en el lugar idóneo para formar su nido y depositar sus huevos. Lo más terrorífico de esta película es el fin que le espera al demodex: como carece de ano y no para de engullir, finalmente cuando muere explota y libera una lluvia de excrementos. ¡Espantoso! ¿No?

Demodex, los ácaros sin ano que habitan en nuestra cara

Afortunadamente, todo este proceso ocurre a nivel microscópico y no nos enteramos de nada.

Los demodex miden menos de 0’4 mm y viven especialmente en los folículos del vello y en los poros. Son firmes candidatos a un film de miedo ya que, además, viven cabeza abajo y las hembras son capaces de poner más de 25 huevos en uno solo de nuestros folículos. Las crías mientras se desarrollan se aferran a los pelos con sus cortas patas que actúan como ganchos. Prefieren vivir en nuestra cara porque los poros son más grandes y hay abundancia de glándulas sebáceas, aunque también pueden estar en lugares como genitales o en el pecho.

Demodex, los ácaros sin ano que habitan en nuestra cara

Después de esta pesadilla os aliviará saber que los demodex son inofensivos, no transmiten enfermedades y pueden considerarse beneficiosos para nuestro organismo, ya que al parecer se alimentan de células muertas. Eso sí, un exceso de estos ácaros puede causarnos trastornos cutáneos e incluso conjuntivitis y pérdida de pestañas.

En la rosácea que presentan algunas personas en el rostro, según diversos estudios, están implicados estos microscópicos ácaros, puesto que se ha comprobado que quienes la padecen tienen un numero mayor de demodex que el resto de la población. Aunque no se sabe a ciencia cierta como influyen en este trastorno cutáneo, se cree está relacionado con un «exceso de población». Este exceso puede ocurrir por producir mucha grasa o por tener un sistema inmunológico bajo. Al haber más demodex hay más excrementos en el momento de su muerte (ya hemos dicho que al no tener ano explotan liberándolos por toda nuestra cara) y estos desechos son una fuente de bacterias que causan infecciones.

Demodex, los ácaros sin ano que habitan en nuestra cara

Otra curiosidad de este ácaro que habita en nuestra cara es que el mismo linaje de demodex se transmite de padres a hijos por generaciones dentro de un mismo grupo familiar humano. Además del Demodex folliculorum, también encontramos en nuestro cuerpo otro grupo de demodex llamado Demodex Brevis, cuyos individuos prefieren habitar en nuestras glándulas sebáceas.

Aunque intentes librarte de ellos, volverán a tí antes de 6 semanas, pues se transmiten de un ser humano a otro con gran facilidad a través de toallas, manos, sábanas etc. Recuerda que a pesar de todo lo dicho: SON INOFENSIVOS.

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