Podríamos decir que uno de los miedos más frecuentes en la humanidad ha sido siempre el temor a “perder el control”. A que nuestra mente nos haga olvidar lo que es importante, o más aún, que podamos hacer daño a los demás o a nosotros mismos. En esencia: perder nuestra identidad. A día de hoy, tenemos claro que este tipo de fenómenos tienen su origen en distintos tipos de trastornos, en enfermedades mentales. Ahora bien, si nos adentramos en las tradiciones antiguas, y damos un breve repaso entre el folclore más clásico, es la perspectiva judía quien nos define una figura demoníaca muy interesante con estas mismas capacidades, el demonio Dybbuk.
“Poseer el cuerpo mortal para adueñarse de la mente, la voluntad… Y ejercer el mal de la forma más afinada y terrible”.
Esta es una de las frases que mejor definen la esencia de esta criatura de origen tenebroso, que no querrás encontrarte jamás. Si quieres conocer más sobre la historia del Dybbuk demonio, ¡Sigue leyendo esta entrada de Supercurioso!
¿Quién es el Dybbuk demonio?
Un dybbuk demonio es una entidad del folclore judío que se cree es un espíritu maligno. Según la tradición, un dybbuk es el alma de una persona fallecida que, por alguna razón, no pudo descansar en paz y se apodera del cuerpo de otra persona viva. Se dice que un dybbuk busca completar alguna tarea pendiente o vengarse de algo antes de poder liberarse y encontrar la paz en el más allá.
La palabra dibbuk significa como puedes intuir “adhesión”. Viene del hebreo y simboliza básicamente al ser maligno que busca volver a vivir en un cuerpo ajeno para cumplir algún propósito. Debido a sus actos negativos, mientras era una persona mortal y terrenal, Dios lo somete al “karet” o a ese desarraigo en el cual, vagar en penitencia por sus malos actos. Lejos de mostrar arrepentimiento o mostrar una voluntad humilde ante el castigo, el dibbuk demonio suele reaccionar desplegando con más intensidad sus malas artes.
La creencia en los dybbuks está arraigada en la cultura judía y se ha transmitido a lo largo de los siglos a través de cuentos populares, leyendas y supersticiones. Se considera que un dybbuk demonio es un ser maligno que puede causar graves estragos en la vida de aquellos a quienes poseen, causando enfermedades, trastornos mentales o problemas emocionales.
En algunas tradiciones judías se realizan rituales y ceremonias para exorcizar a los dybbuks y liberar a las personas poseídas por ellos. Estos rituales suelen implicar la participación de un rabino u otro líder religioso que utiliza oraciones, amuletos u otros medios para expulsar al dybbuk del cuerpo del poseído y enviarlo de regreso al mundo de los espíritus.
Aunque la creencia en los dybbuks es principalmente una parte de la tradición cultural y religiosa judía, el concepto ha capturado la imaginación popular y ha sido objeto de interés en la literatura, el cine y otras formas de arte. Las representaciones de dybbuks en obras de ficción suelen explorar temas relacionados con la posesión demoníaca, la lucha entre el bien y el mal, y la búsqueda de redención y liberación espiritual.
Los Dybbuk y el alma en la tradición judía
El dibbuk demonio ejemplifica también el concepto de alma dentro de la tradición judía. En su reverso, estará el Ibbur, esa entidad capaz de “impregnarnos” de una forma positiva. Esta forma de posesión por un alma ajena, noble y positiva, tiene una finalidad enriquecedora con la cual, la persona puede estar más cerca de Dios. Cabe decir que en el Talmud no se habla propiamente de los dibbuks, pero sí de las almas desencarnadas.
¿Qué es una caja Dybbuk?
Una caja Dybbuk es uno de los objetos malditos de los que se tiene registro, y que está asociado con la creencia en el dybbuk demonio en la tradición judía. Se dice que una caja Dybbuk está poseída o habitada por un dybbuk. La historia de las cajas Dybbuk se popularizó en 2003, cuando un artículo fue publicado en un sitio web de venta en línea, describiendo una caja antigua supuestamente poseída por un dybbuk.
El propietario de ese pequeño mueble era un sobreviviente del holocausto nazi. Según se explicó, lejos de ser un “mueble bar”, como se creía, era en realidad una caja que una anciana utilizaba para dejar sus utensilios de costura. Pero durante prácticamente toda su vida la mantuvo cerrada y bien custodiada, porque en su interior, había atrapado el alma de un ser desencarnado que buscaba ante todo causar el mal en su hogar. Un Dibbuk demonio.
Cuando abrieron posteriormente el mueble, encontraron varios mechones de cabello, dos peniques de 1920, y una pequeña figurita con las palabras “Shalom”(que significa «paz» o «bienestar») grabadas en ella. Cuando los primeros compradores la abrieron por primera vez, enfermaron, algunos fallecieron de un ataque al corazón, sus negocios empezaron a fracasar, y percibieron incluso cómo se les caía al pelo, y cómo la casa, se llenaba de un extraño olor a amoniaco. A día de hoy, la caja Dibbuk permanece cerrada en un museo de Missouri.
Desde entonces, el concepto de las cajas Dybbuk ha capturado la imaginación popular y se han creado numerosas historias de terror en torno a ellas. Algunas personas creen que las cajas Dybbuk pueden contener energías negativas o influencias sobrenaturales y pueden causar problemas a quienes las poseen. Se dice que abrir una caja Dybbuk sin los debidos cuidados o rituales puede liberar al dybbuk demonio que reside dentro, lo que puede llevar a consecuencias peligrosas.
¿Cómo alejar a este demonio?
Ahora bien, La Cábala nos explica que la forma de alejar a un Dybbuk demonio de un cuerpo mortal, es a través del exorcismo. Y para ello, debe hacerse del siguiente modo:
- Debe tocarse el shofar, un instrumento musical que en realidad no es más que un cuerno de carnero, y que genera un sonido estremecedor. Debe hacerlo un rabino experto en la Cábala.
- El exorcismo se hará en compañía del rabino acompañado de 10 personas y en una sinagoga.
- El oficio ser hará en círculo, repitiendo el Salmo 91, mediante el cual, entrar en contacto con el Dibbuk demonio y obligarlo a que deje el cuerpo.
Este es un concepto que queda más en la tradición y la leyenda, pero eso no quita que en nuestra actualidad siga muy presente ese miedo, o la sombra de “ser que es capaz de poseer y hacer daño a los demás”.
Y tú, ¿Conocías la leyenda del Dybbuk demonio? ¿Crees que sea real? Anímate a dejarnos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte! Y si este tema llama tu atención, no te pierdas el artículo en el que te contamos sobre Katrin Reedik, la mujer que colecciona muñecas embrujadas. ¡Hasta la próxima!