Si eres una persona supersticiosa seguro que te vas a ver identificada en lo siguiente que vamos a tratar. La superstición es una creencia que no tiene base en la razón humana y que por tanto no tiene una explicación aparente. No es algo demostrable, pero es algo que nos lleva a proporcionar a un hecho o a una idea de un carácter mágico o sobrenatural. Se podría decir que la superstición nos lleva a creer en lo increíble, que es básicamente lo que reza la definición de este concepto. Pero dentro de este proceso hay gestos que determinan esa creencia y que se asocian con la buena o la mala suerte.

Estas últimas son las razones por las cuales en nuestra sociedad todavía se sigue pensando que el simple arte de cruzar los dedos atrae a la buena suerte. Imaginemos una situación cotidiana cualquiera en nuestra vida. Somos estudiantes y acudimos a un examen. Nos sentamos, nos relajamos, hacemos un último repaso de conceptos e intentamos concentrarnos a través de alguna técnica recurrente. El profesor llega a nuestra mesa y justo antes de que nos entregue el papel cruzamos los dedos. ¿Por qué ocurre esto?

Como esta encontramos otras muchas situaciones. Un adolescente que se enfrenta cara a cara con su padre y justo antes de mentirle diciendo que irá a un lugar al que en realidad no acudirá cruza sus dedos. O sino cuando queremos invocar a la suerte frente a un situación que solo controla el azar. Imaginemos que estamos en casa, nos relajamos, y decidimos echar nuestra partida regular al bingo en Botemania o Mundijuegos. Entonces pulsamos “jugar” y cruzamos los dedos. ¿De dónde viene esta curiosa superstición?

El arte de cruzar los dedos para atraer la suerte 2

Viaje hacia el pasado

Como en muchas de nuestras costumbres hoy en día, para encontrar las raíces nos tenemos que desplazar muchos años y muchas civilizaciones atrás. Como para cualquier hábito hay una teoría basada en la religión cristiana y otra basada en un concepto más abstracto. ¿Cuál es la correcta? Ninguna. Simplemente hay que escuchar ambas versiones, puesto que son posibles, y decidir cuál es la más plausible según nuestro pensamiento. La única verdad es que son teorías y son poco demostrables, así que eso nos da para pensar lo que queramos.

Por un lado, tenemos la teoría de los fieles al Wicca. Esta es una religión pagana moderna que se vincula a la brujería y que se expandió por Inglaterra en el siglo XX. Sus seguidores afirman que su particular forma de atraer los sueños o los deseos que tenían era cruzando los dedos. Justo en el punto en el que se entrelazaban los dedos índice y corazón es donde quedaban atrapados los buenos espíritus que iban a permitir en el futuro poder cumplir esas exigencias personales.

Esta conexión simbolizaría una de las claves de esta religión en la forma de ver el mundo, que no es otra que la conexión de la tierra con la energía. El cruce de dedos podría ser una representación de esa visión y de esa manera se podía atraer a la buena suerte.

Pero es que, por el otro lado, tenemos la religión cristiana que se remonta hasta la etapa del Imperio Romano. En los primeros siglos después de Cristo los cristianos eran duramente perseguidos por las autoridades romanas. Hasta que no se estableció la libertad de religión, los cristianos no eran sino considerados como judíos sediciosos, por lo que no eran dignos de vivir.

Muchos de ellos tenían que renunciar a su fe públicamente y contar mentiras a sus atacantes para que no les apresaran. Puesto que en la religión cristiana esto es pecado, los practicantes cruzaban los dedos detrás de la espalda al lanzar el embuste. Lo hacían porque consideraban que el cruce de dedos simbolizaba la crucifixión de Jesús y que esta podía ser invocada en este punto de unión. De esa manera quedaban absueltos de la mala acción realizada.

A día de hoy este gesto todavía se sigue repitiendo en muchas culturas y en acciones en las que se cuenta un bulo. Aunque según el cristianismo este gesto también servía para enviar un saludo secreto entre creyentes, para identificarse sin que el régimen pudiera descubrirlos.

Objeto de estudio para la ciencia

No solo de antiguas creencias va esto de cruzar los dedos, sino que también la ciencia ha querido investigar sobre ello. Según diversos estudios de institutos británicos, esta mueca logra aliviar pequeños dolores, como los que puede producir un martillo al golpear sin querer un dedo. Según un colegio de neurociencia de Londres el hecho de cruzar los dedos hace que nuestro cerebro no procese bien las sensaciones como el calor o el dolor, y por tanto estas puedan desaparecer en gran medida o casi por completo en este tipo de situaciones.

Mejor que nadie lo intente en su casa, pero solo sí se da una de estas disposiciones no pierdes nada por probarlo.