¿Qué sabor te produce la palabra «Supercurioso»? Para saberlo, quizá, deberíamos preguntárselo a James Wannerton, un británico que experimenta la sinestesia en una vertiente tan increíble como placentera. Al menos él lo describe así porque no se siente nada molesto, al contrario, decir en voz alta determinadas palabras, le provoca todo un torrente de originales sabores.

Es más, incluso es capaz de experimentar matices diferentes según los diferentes acentos del inglés, prefiriendo, por ejemplo, el sabor del «inglés británico», antes que «el inglés americano». Increíble, no hay duda. Estamos seguros que te va a sorprender saber más cosas sobre «el hombre que saborea las palabras».

James Wannerton, el sibarita de las palabras

El fenómeno de la sinestesia, del que ya te hemos hablado en Supercurioso, adquiere en este hombre un nivel tan espectacular como increíble. Según él mismo explicó a los medios de la BBC, pronunciar la palabra «college» le sabe a salchichas. Decir «Karen», le aporta un delicioso sabor a yogur. Pero cuidado, porque si dice «yogur» en voz alta, entonces en su boca estalla un incómodo gusto a laca de pelo.

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A James Wannertos le encanta sobre todo usar superlativos. «Grandísimo, rapidísimo, baratísimo, el más listo, el más interesante…» todos estos términos provocan que en su cerebro, se estimule un delicioso sabor a tostadas crujientes que llegan de inmediato a las papilas gustativas de su lengua. Pocas personas disfrutan tanto mientras hablan. ¿Puedes imaginarlo?

El señor Wannerton explica que mientras viaja en el metro de Londres, se da cuenta de lo estimulante que resulta su vida en comparación con todas esas personas desconocidas que lo rodean. Leer en voz baja el nombre de cualquier estación, es como degustar un buffet libre de las más variadas comidas. ¡Y gratis! Revisar los mensajes de su teléfono, es un auténtico placer donde hasta las frases más sosas, adquieren en su cerebro y en su boca, todo un carrusel de sensaciones.

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Cuando hablamos de sinestesia es más común por ejemplo asociar estímulos visuales a sensaciones, sonidos a colores, o incluso colores a sabores. En el caso de Wannerton, son las palabras las que evocan sabores. Solapamientos en diferentes áreas cerebrales adyacentes, donde la percepción de los sentidos, no tienen un límite, sino que se relacionan unos con otros haciendo que la vida sea de pronto, mucho más intensa. 

¿Quieres conocer otro caso realmente curioso? Entonces hemos de hablarte de Michael Watson. Te sorprenderá saber que este hombre, disfruta especialmente comiendo. Cada sabor es una caricia, un, roce, un pellizco, un beso… Al comer hierbabuena, por ejemplo, tiene la sensación de estar acariciando una columna de cristal. Si saborea un dátil, nota la tibieza del sol cayendo suavemente en su rostro. Algo fantástico e inusual, un modo de experimentar el mundo en una intensidad que el resto de personas, no podemos casi ni imaginar.

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Y ahora cuéntanos ¿eres sinestésico? ¿Has tenido alguna sensación parecida? Si te ha gustado este artículo, descubre también el caso del hombre que creyó que el tiempo se había detenido.