Hace un tiempo publicamos una serie de tres artículos sobre los distintos calendarios que se han utilizado y aún se utilizan en el mundo. Hoy hablaremos del establecimiento del “año 1” en la cultura occidental.
El año es según el cristal de la cultura con que se mira
Asumimos con naturalidad que estamos en el año 2015, sin darnos cuenta de que se trata de un hábito cultural, específicamente occidental, y para ser más preciso, de la parte cristiana de Occidente.
Para los judíos nos encontramos en el año 5575 de la creación del mundo; para los musulmanes en 1436 de la Hégira y para los chinos en el 4713, que es además el año de la cabra.
Si los romanos siguieran contando el tiempo, o siguiéramos contando como los romanos, estaríamos en el 2768 a.u.c.: ab urbe condita, “desde la fundación de la ciudad”, de la ciudad de Roma por supuesto, que era el modo como se calculaba el tiempo hasta principios del siglo VI, cuando un monje de pequeña estatura cambió el conteo de los años, al menos para nosotros.
El año después de Dionisio
Poco se sabe de la vida de Dionisio, un monje que vivió en Roma durante la primera mitad del siglo VI. Matemático y teólogo, y llamado «El Exiguo» no se sabe bien si por su corta estatura o por su mucha humildad. Algunos autores le atribuyen un origen sirio, otros de una región entre las actuales Bulgaria y Rumania. También se afirma que fue abad y que fue uno de los primeros recopiladores de textos y leyes del derecho canónico, aunque su paso a la historia se debe principalmente al cálculo y establecimiento del anno Dominii, el año del nacimiento de Jesús.
Dionisio estimó que Jesús había nacido el año 754, según el calendario romano, y propuso que este año fuese considerado el año 1 de nuestra era; lo que a su vez indicaba que Dionisio se encontraba en el año 526. Esta propuesta fue apoyada por el clero, pero se popularizó realmente luego de que Beda el Venerable utilizara esta cronología en su Historia esclesiástica de los ingleses, en el 731, después de Cristo.
Posteriormente este sistema fue aceptado por las distintas monarquías cristianas, aunque el calendario romano continuó siendo usado regularmente por eruditos y algunos gobernantes al menos un par de siglos más.
Errare humanum est
Sin embargo, Dionisio se equivocó en sus cálculos, y es casi seguro que Jesús haya nacido cuatro o siete años “antes de Cristo”. También se creó una especie de error matemático, pues no hay “año cero”, pero en este caso la culpa no es del monje porque todos los europeos desconocieron esta cifra hasta comienzos del segundo milenio.
En cuanto a la datación inversa de los años antes de Cristo, se trata de una invención moderna, que los historiadores comenzaron a usar a partir del siglo XVII.
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