En Supercurioso te hemos hablado de las curiosas obsesiones de Hitler con la lanza de Longinos o con el Santo Grial, entre otras; así como de sus detractores, entre ellos su propio sobrino, que luchó en el bando de los Aliados. En esta ocasión queremos presentarte un plan contra él muy, muy poco conocido. ¿Nos acompañas a descubrirlo?
Objetivo: Hitler. Hormonas en lugar de veneno
Durante la Segunda Guerra Mundial se tejieron muchos planes por parte de los Aliados contra el dictador nazi y entre ellos destaca uno por lo «original» que parece.
Hace pocos años salió a la luz uno de los planes del MI5 para intentar acabar con Hitler: atiborrarlo de hormonas femeninas. ¿Por qué? Para volverlo más dócil y menos agresivo, más maleable y, en definitiva, anular su belicosidad.
Seguramente, te parecerá una idea absurda: ¿por qué no lo envenenaban y listos? Es más complicado que eso. El hombre que descubrió esta estrategia, el profesor Brian Ford, asegura que los espías británicos sabían perfectamente que Hitler tenía catadores, personas que antes que él probaban todo lo que iba a ingerir el dictador, para evitar que este fuese envenenado. ¿Habrían notado las hormonas femeninas o estrógenos estos pobres infelices? No, al menos en un primer momento. Estas hormonas son insípidas e inodoras, no hay forma de captarlas mediante nuestros sentidos, únicamente con el paso de unos meses se nota el efecto. Ahora te parece mejor el plan, ¿verdad?
El exceso de estrógenos en hombres
Si un hombre cuenta con demasiados estrógenos, puede padecer los siguientes efectos: problemas cardiovasculares y de fertilidad, disfunción eréctil y más probabilidades de sufrir diabetes, entre otras cosas.
Además, provoca cambios de humor bruscos, decaimiento y cansancio. ¡Menudo cóctel!
Otros planes curiosos contra Hitler
Algunas de estas tramas tan sorprendentes llegaron a llevarse a cabo, por ejemplo, la de los «polvos pica-pica». En 1943 estos polvos urticantes se aplicaron tanto en los uniformes de los soldados de un submarino aleman (que no logró salir en su misión) como en una partida de preservatidos salida de Noruega hacia Tronheim, donde rápidamente empezaron a llenarse los hospitales de soldados con picores.
Te parecerá mentira pero también llegaron a usarse: laxantes, bombas fétidas y papel higiénico con la cara de Hitler para desmoralizar al enemigo. Curiosísimo, ¿verdad?
Si te ha gustado este artículo, puede que quieras conocer el misterio sobre el testículo de Hitler.