Hoia-Baciu. Unos dicen que se trata de un bosque embrujado. Otros, que estamos ante una extraña dimensión muy similar al «Triángulo de las Bermudas». Tenemos inexplicables desapariciones, avistamientos de ovnis y súbitas sombras corriendo entre la espesura de sus árboles… unos árboles por cierto algo inusuales.
Estamos en Transilvania, sugerente tierra de leyendas y pasado mitológico. Aquí donde Hoia-Baciu, parece alzarse como una incógnita más para todo amante de lo sobrenatural. ¿Te gustaría saber más?
El bosque embrujado de Hoia-Baciu
Si, como buen amante del misterio, te decides un día a visitar los umbrosos parajes de Hoia-Baciu, deberás dirigirte a la segunda ciudad más populosa de Rumanía: Cluj-Napoca. Es un núcleo urbano que tiene como sutil singularidad estar rodeado por un densísimo bosque. La belleza de sus detalles y de su abundante flora hacen de este escenario un lugar más que excepcional para perderse, pero, eso sí, nunca te adentres solo a Hoia-Baciu. Es un rincón algo más apartado, algo más penumbroso, ahí donde las corrientes frías se arremolinan de pronto a tus pies, una tierra que te eriza la piel, casi sin darte cuenta. Como si la energía estática te alcanzara desde el suelo arañando tu piel y tus sentidos.
Los lugareños, campesinos y vecinos de la ciudad de Cluj-Napoca saben bien que es mejor no pasar por el bosque de Hoia-Baciu. Dicen de él que es maligno y que tiene la particularidad de evocar en ti tus miedos más ocultos e instintivos. Hablan de un portal al más allá o de un límite indefinible donde se abren puertas a otras dimensiones. Puede parecerte simple palabrería, pero hay bastantes testimonios de personas que afirman que, nada más pisar el bosque de Hoia-Baciu, sienten fuertes dolores de cabeza, ansiedad y náuseas. ¿Sugestión? Es posible. Pero las evidencias médicas están ahí. Son muchos los que, por ejemplo, han sufrido súbitas erupciones cutáneas o pequeñas quemaduras inexplicables. Y lo curioso, es que son quemaduras que surgen sin dolor alguno, cuando las personas vuelven a sus casas descubren un llamativo enrojecimiento en su piel que les obliga a buscar asistencia médica.
Te hemos hablado de las reacciones físicas y psicológicas de quienes visitan Hoia-Baru. Pero ¿qué hay de los fenómenos extraños? La literatura sobre el tema también es abundante. Algo llamativo es que gran parte de la vegetación sufre una extraña deshidratación. Hay zonas en que de pronto, de la noche a la mañana aparecen árboles carbonizados, o con tallos u hojas con necrosis; sin hablar, por su puesto, de la singular forma de los árboles que puedes ver en las siguientes fotografías.
Los lugareños siempre advierten que son frecuentes las presencias extrañas en una zona muy concreta del bosque: una meseta circular donde apenas hay vegetación. Es ahí donde, según dicen, quien osa cruzarla acaba desapareciendo, de hecho, es famoso el caso de un pastor que desapareció con sus casi 200 ovejas. Las historias son múltiples y variadas… espectros con ojos fulgurantes, sombras oscuras que se deslizan como envueltas en un viento suave… y, sobre todo, los testimonios evidencian el malestar que se siente al pasear por esta zona. Malestar físico y desasosiego emocional. Es como estar observados y amenazados.
Ovnis y el fenómeno del «Tiempo perdido»
Es posible que hayas oído hablar alguna vez del famoso fenómeno «el tiempo perdido». Podríamos decir que es cuando tenemos la sensación de que solo han pasado unos minutos desde que hemos iniciado una tarea cuando, en realidad, han pasado horas. Esto es lo que suele suceder cuando muchas personas se adentran en Hoia-Baciu. Piensan que han pasado solo una media hora en el bosque cuando, de hecho, se saben de casos que han pasado «días enteros» en esa zona. Algo muy inquietante.
Y no, los fenómenos extraños no terminan aquí. Aún queda otro aspecto bastante curioso. Fue en agosto de 1968, cuando Emil Barnea, un técnico militar, quiso pasar unos días en el bosque de Hoia-Baciu junto a su familia y amigos. No hizo caso de las advertencias, porque para él no eran más que simples supercherías, esas que tanto abundan en la zona de los Cárpatos. ¿Y qué ocurrió? Que seguramente quiso desafiar a la suerte y fue testigo de algo que no olvidó jamás. Justo cuando estaba cogiendo leña para hacer un fuego, escuchó los gritos de sus familia y amigos. Al llegar junto a ellos, fue testigo de aquel objeto deslumbrante y de color amarillento sobrevolando una zona muy cercana. Un OVNI. Hacía maniobras muy rápidas, para después, desaparecer en la nada a una velocidad abismal. Y este avistamiento, no fue el único. En la década de los años 70 fue un escenario habitual para los amantes de la ufología, porque la presencia de luces extrañas en el cielo del bosque de Hoia-Baciu, eran constantes.
¿Sugestión? ¿Un portal a otros mundos? ¿Cuál es tu opinión? Como siempre, esperamos tus comentarios; mientras te dejamos con otro interesante artículo, «La carretera de los huesos de Siberia».