Estamos acostumbrados a escuchar la frase «la realidad supera la ficción», y realmente sobran los casos en los que podemos constatarla una y otra vez. Entre los asesinos en serie de la historia nos hemos encontrado con seres humanos verdaderamente patológicos, que no se han detenido en matar a familiares, a niños, practicar el canibalismo o la necrofilia. Pero si navegamos en las páginas del pasado nos encontramos con la historia de Isabel Bathory, una mujer sobre la que se cierne un aura de oscuridad. Muchos dicen que la leyenda en torno a su maldad no es más que una nueva forma de deslegitimar a una mujer con poder a lo largo de la historia. Sin embargo, otros muchos de los que se han acercado a su biografía, coinciden en que se trata de una de las personalidades más sádicas y violentas de las que se tenga referencia, y de la mayor asesina conocida hasta la fecha. Hoy en Supercurioso te contamos la historia de Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta. ¡Acompáñanos!
¿Quién fue Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta?
¿Alguna vez te has preguntado si existen los vampiros? Pues, más allá del Conde Drácula, el genial personaje de la novela de Bram Stoker, estas criaturas que se convierten en murciélagos parecen vivir tan solo en el imaginario colectivo. Sin embargo, el consumo de sangre que tan bien define a los vampiros, fue uno de los rasgos más distintivos del horror que se cree caracterizó la vida y las acciones de Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta. Sobre ella se dice que fue la responsable del asesinato de unas 650 mujeres, con la única intención de beber y bañarse en su sangre, para así conservar su lozanía y juventud.
La historia de Isabel Bathory inicia con su nacimiento, ocurrido el 7 de agosto de 1560, en Hungría. La Condesa vino al mundo en el seno de una familia ilustre y distinguida: su primo era Primer Ministro de Hungría, y su tío, nada menos que el mismísimo Rey de Polonia. En su árbol genealógico también estuvo siempre impresa la fascinación por el esoterismo y la magia negra. Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta tenía tan solo quince años cuando contrajo nupcias con el conde Nadasdy, un hombre singular conocido como «El Héroe Negro», que se la llevó a vivir a un solitario castillo en los Cárpatos.
Debido a que su marido pasaba largas temporadas en guerras y batallas, la Condesa Bathory aprovecha sus horas de soledad para dar rienda suelta sus deseos: mantener relaciones lésbicas y orgías con dos de sus doncellas, y profundizar aún más en materia de esoterismo y alquimias. Fue así como deparó en algo que siempre le había preocupado: envejecer. Se cuenta que no tardó demasiado en acudir a esos textos que hablaban del poder de la sangre y los sacrificios humanos para conservar esa lozanía que ella ansiaba mantener de por vida.
La historia de Isabel Bathory y la sangre humana
La historia de Isabel Bathory es polémica prácticamente desde sus inicios. No solo tenía especial predilección por los rituales y el esoterismo, sino que gozaba de encuentros lésbicos en los momentos de ausencia de su marido. Sin embargo, la preocupación por el envejecimiento marcaría la vida de Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta, dando lugar a su etapa más oscura. El miedo a envejecer se acentúo después de haber dado a luz y criado a cuatro hijos, en cuya atención se había pasado parte de su juventud.
Con el temor de ver su rostro surcado por las arrugas de la vejez, la Condesa empezó a interesarse por las artes prohibidas. Mientras su esposo vivía, las obligaciones propias de la nobleza y la vida social la mantenían bajo cierto control. Pero una vez muerto el conyugue, Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta daría rienda suelta a sus verdaderos y más oscuros instintos. Se recluyó en su castillo, refugiándose en una aparente tristeza por la pérdida, una depresión que de cara al mundo le sirvió de pretexto para iniciar sus perversos anhelos.
La historia de Isabel Bathory cambiaría a partir de sus cuarenta años, época en la que empezó a recorrer los Cárpatos en carruaje junto a sus doncellas en busca de muchachas. ¿Y cuál era su técnica de cacería? Les prometía un trabajo en el castillo. Eran tiempos de necesidad y eran pocas las que se negaban. Pero eso sí, cuando empezó a correr el miedo ante tantas desapariciones, la condesa optó sencillamente por los secuestros.
1. ¿Qué hacía la Condesa sangrienta con las jóvenes secuestradas?
Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta es un personaje sobre el que la historia lanzó sus juicios más despiadados. Lo que cuentan sus detractores es que estos secuestros que hacía en compañía de sus doncellas secuaces, perseguían en exclusiva a las jóvenes vírgenes, que una vez que llegaban al castillo, eran drogadas, humilladas, encadenadas… y acuchilladas en zonas estratégicas para obtener su sangre. Lo que cuenta la historia de Isabel Bathory es que ésta necesitaba llenar su bañera, así que eran varias las jóvenes que debía sacrificar. Pero eso sí, las chicas que mostraban lozanía y un aspecto realmente atractivo eran sometidas a técnicas aún más perversas: las encerraba durante años para ir sacándoles la sangre en pequeñas dosis, muy poco a poco, y sencillamente bebérsela.
Por supuesto que estos relatos son estremecedores y causantes de gran terror, pero es importante que nos ubiquemos en el contexto en el que se desarrolla la vida de Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta. En aquellos años todos los nobles adinerados tenían en sus palacios su propia cámara de torturas, surtida al ritmo y deseo del dueño de casa. Los azotes a los campesinos que se compraban y vendían junto con las tierras, y cuyo valor era incluso menor al del ganado, era un asunto común. De hecho, en el palacio de los Bathory se les golpeaba con ortigas y no con cuero, pues su efecto era más doloroso y dañino para la piel.
2. El trágico final de Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta
La historia de Isabel Bathory, según cuentan sus detractores, fue agudizándose en horror con el paso del tiempo. Ya no era solo la esposa del Conde ni la viuda estrafalaria, sino que se convirtió en un personaje de terror. El pánico que inspiraba se extendió a todas las aldeas cercanas hasta que llegó a oídos del rey Matías II de Hungría. Y de nada le valió su nobleza ni su distinguida ascendencia. Lo que los soldados encontraron al entrar en el castillo no tenía palabras. Lo que encontraron en las mazmorras y los sótanos superaba el sentido de la lógica. Se dice que había cadáveres exanguinados por doquier, así como sofisticados instrumentos de tortura entre los que destacó la doncella de hierro, un sarcófago forrado con puntas afiladas que perforaban los órganos vitales de las víctimas.
Pero lo que descubrieron enterrado en los alrededores del castillo ya resultó demente: cientos de cadáveres de muchachas asesinadas… todos los habitantes de la fortaleza fueron detenidos. Las mujeres fueron condenadas por brujería y quemadas vivas. Pero haber condenado directamente a la muerte a Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta habría sido demasiado polémico, en virtud de su origen noble. Entonces el Rey húngaro le condenó a la peor de las penas: fue empaderada en su propia habitación. A través de una mínima rendija recibía comida y aire. Así sobrevivió durante tres largos años, hasta que murió en 1614, teniendo 54 años.
La historia de Isabel Bathory que se popularizó fue la de una dama macabra y malvada que se regodeaba en la sangre de doncellas para mantenerse joven. Pero también se abre el espacio para una duda. El Rey Matías II de Hungría estuvo siempre interesado en los territorios del matrimonio Bathory-Nadasdy, y tras la muerte de la Condesa, no demoró en acusar a sus hijos de traición, desterrarlos a Polonia y hacerse con el dominio de aquellos terrenos. Como siempre, son más las sombras que las luces en la historia de la humanidad.
Y tú, ¿Conocías la historia de Elizabeth Bathory la Condesa sangrienta? ¿Crees que haya sido una verdadera vampiresa demoníaca? ¿O tan solo una víctima del momento histórico que le correspondió vivir? Déjanos todas tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos deseando leerte!