En Supercurioso nos hemos preguntado en otras ocasiones diversas cuestiones sobre el Universo, como su supuesto origen: el Big Bang o qué edad tiene la tierra. Esta vez queremos investigar de dónde proviene ese elemento básico para la supervivencia y que cubre la mayor parte de nuestro planeta: el agua.
¿Cuál es el origen del agua?
¿Es posible que provenga de choques ancestrales con otros cuerpos celestes? Y si es así, ¿será posible que consigamos otro planeta más allá de nuestro pequeño sistema solar, con condiciones parecidas a la Tierra, y que haya vida?
Hasta ahora, todo apunta a la ciencia ficción.
En el origen, fue el fuego
Sabemos que la presencia del agua es vital para que la vida, tal y como la conocemos, exista. Sabemos también que la tierra se formó hace 4.500 millones de años y que al comienzo era una masa candente. La temperatura era inimaginablemente alta.
Hasta allí, todos de acuerdo.
Recientes investigaciones de la Universidad de Michigan (E.E.U.U.) revelan que sobre el 30%-50% de nuestra agua es más antigua que el mismo Sol.
La teoría hasta ahora aceptada era que meteoritos, rocas más grandes que la tierra, otros planetas, impactaron la superficie terrícola produciendo numerosas explosiones que originaron erupciones volcánicas y arrojaron a la atmósfera vapor de agua.
Hay científicos que postulan que ese vapor de agua vino de alguno de esos cuerpos que chocaron contra nuestro protoplaneta, y a medida que se fue enfriando la superficie terrestre, permitió que el vapor de agua se condensara y causara las primigenias lluvias, lo que a su vez fue origen de los océanos.
De hecho, el agua en su forma líquida existe sólo aquí, según investigaciones realizadas, aunque no somos el único planeta en donde se ha detectado su presencia: en Venus y en Marte hay, respectivamente, vapor de agua y hielo –obviamente por la distancia que los separa a ambos del sol.
En la Tierra el agua está en los tres estados conocidos: líquido, gaseoso y sólido.
El planeta que contiene agua
¿Pero cuál es el origen del agua? Porque gracias a ella se generó la vida, en su seno germinaron las primeras manifestaciones, los primeros seres, que luego evolucionarían hasta lo que ahora somos.
Ahora sabemos que las estrellas tienen su propia nube molecular, y están rodeadas de un cinturón llamado “nebulosa solar” del que saldrán sus planetas; este cinturón contiene hielo, y hasta ahora no han podido determinar si el hielo proviene de la nube molecular o, al contrario, fue formado por las reacciones químicas dentro de su nebulosa solar.
Lo que sí afirman con certeza es que nuestra agua es parte del hielo del medio interestelar que sobrevivió a la formación de nuestro sistema solar, y que también se incorporó a los planetas.
Explicaremos brevemente de qué se trata: en su interior, las estrellas funcionan como reactores de fusión nuclear, es decir, transmutan átomos ligeros en pesados (por ejemplo, transforma un átomo de hidrógeno en uno de helio, y éste en uno de carbono), generando una presión y energía de tal magnitud en su centro que obliga a los átomos a unirse y comprimirse, liberando energía y radiación, lo que le permite seguir “con vida” y no ser aplastada por sí misma.
Agua pesada
En la investigación que citamos, los científicos recrearon en laboratorio las mismas condiciones químicas del sistema solar y se dieron cuenta de que un isótopo del hidrógeno, el deuterio, que llaman agua pesada, viene siendo como la huella de que la tierra en su formación tuvo contacto con alguna fuente de agua muy fría. El Sol, considerablemente más caliente, borró esa huella de agua pesada.
Lo curioso (y maravilloso) es que entonces el agua comenzó a formarse al mismo tiempo que la roca candente.
Y que el agua es un ingrediente común en la formación de todos los sistemas planetarios. Un dato que puede cambiar nuestro enfoque para buscar vida en otros planetas.
Si te ha gustado este artículo, puede que te interese saber si podría existir vida más allá de la Tierra.