En medio de uno de los peores episodios de la historia de la humanidad, la valentía y aplomo de las víctimas supuso un ejemplo de que la más pequeña chispa de esperanza puede brillar fuertemente en la oscuridad. Así fue como en 1943, los prisioneros judíos bajo el régimen nazi que dominaba Polonia se sublevaron y lograron escapar del campo de exterminio de Sobibor.
La historia de la fuga de prisioneros más impresionante bajo el régimen nazi
El campo de exterminio de Sobibor fue construido en el este de Polonia en marzo de 1942 luego de la invasión nazi como parte de la Operación Reinhard, el plan que Adolf Hitler diseñó para eliminar a los judíos europeos de la faz de la tierra.
Para el final de la Segunda Guerra Mundial, alrededor de 240 mil personas fueron asesinadas en las cámaras de gas instaladas en este campo, en su mayoría judíos pero también prisioneros de guerra y gitanos.
No obstante, Sobibor fue escenario de un impresionante acto de rebelión. Un grupo de valientes prisioneros se negó a someterse al cruel final que les reservaban los oficiales alemanes y se organizaron para llevar a cabo la mayor fuga de toda la guerra, el 14 de octubre de 1943.
La llamada Organización de la Resistencia fue liderada por los prisioneros Leon Feldhendler y el capitán soviético Alexander Pechersky, apodado Sasha, quien de acuerdo con la historia, siempre fue arrogante y altivo ante los guardias del campo para mantener la moral del resto de los prisioneros.
Los historiadores aseguran que los nazis cometieron un grave error al permitir que prisioneros rusos se mezclaran con los judíos. La Organización de la Resistencia muy discretamente reclutó a Sasha para organizar la rebelión que mantuvieron en secreto hasta el último minuto. De los 550 prisioneros involucrados, menos del 10% tenía conocimiento del plan.
Aquel día, el levantamiento comenzó cuando Stanislaw Szmajzner, un joven joyero obligado a hacer anillos para los guardias, se infiltró en la armería de las SS para robar rifles y hachas, tras neutralizar a un pequeño número de soldados alemanes. Armados gracias a Stanislaw, los prisioneros siguieron el grito de guerra de Pechersky y se enfrentaron a los oficiales de la SS.
Estos respondieron el ataque con una ráfaga de balas desde una ametralladora fija, pero los prisioneros continuaron y empujaron una de las puertas alambradas del campo de exterminio hasta hacerla caer.
Con todas sus fuerzas, aquellos que seguían de pie -casi 400 personas- corrieron en dirección al bosque. Tristemente, las condiciones del bosque que rodea Sobibor son extremas y se calcula que tan solo entre 100 y 200 prisioneros lograron sobrevivir.
Tras la fuga, muchos de los supervivientes pasaron el resto de la guerra escondiéndose de los soldados alemanes. Otros se unieron a un grupo de partisanos judíos cuya misión era sabotear las operaciones de los nazis.
Ante su fracaso, Heinrich Himmler, el oficial nazi que construyó este campo de exterminio, ordenó que fuera cerrado y demolió todos los edificios. Luego mandó plantar árboles para ocultar los horrores que allí ocurrieron.
Sin embargo, un grupo de arqueólogos recientemente excavó el lugar y hallaron la cámara de gas donde fueron exterminados cientos de miles de vidas bajo el régimen nazi.
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Imágenes: Wikimedia commons