El ancestral miedo a la muerte ha sido, desde el inicio de los tiempos, el motor que ha impulsado al hombre a buscar remedios que consiguieran retrasar este momento lo más posible. En esta búsqueda no han faltado las leyendas que, ya desde la Antigua Grecia, importantes historiadores como Heródoto documentaron en sus obras. De allí surge la idea de que existe la fuente de la juventud, el símbolo de la inmortalidad para quienquiera que beba de sus aguas o se bañe en ellas. Ella será la protagonista de este artículo de Supercurioso, así que ¡sigue con nosotros!
Antes que nada, ¿qué es (o sería) la fuente de la juventud?
Antes de comenzar a indagar en las diferentes teorías que hablan sobre si existe la fuente de la juventud o no es importante tener en cuenta aquellas características que se le otorgan a ella.
La fuente de la juventud es, entonces, y como mencionamos anteriormente, un símbolo de inmortalidad que, se cree, puede estar representado por un manantial cuya agua, pura y transparente, tiene poderes curativos y rejuvenecedores, de esta forma, quienes se bañan y beben de sus aguas sanan, recobran el vigor y la tonicidad de la piel pareciendo más jóvenes. Todo un elixir de vida para plantarle cara a la muerte. ¡Imagínate poder encontrar este lugar! Sobre todo en una época en la que el conocimiento del hombre era aún muy limitado, al igual que su esperanza de vida.
¿Existe la fuente de la Juventud? Descubre algunas teorías al respecto
Ya sabemos que la búsqueda sobre si existe la fuente de la juventud hace parte de la historia de la humanidad desde tiempos inmemorables. Desde las civilizaciones antiguas se perpetuaron toda clase de historias y leyendas de lugares de peregrinaje en los que, generalmente, se encontraba una fuente, un lago o un cuerpo de agua al que se le atribuían propiedades milagrosas. Con el tiempo, las historias se diversificaron y se extendieron a diferentes partes del mundo, dando lugares a teorías como las siguientes:
1. Heródoto y la historia del monarca persa Cambises II
La primera de las teorías sobre si existe la fuente de la juventud se remonta a los tiempos del historiador griego Heródoto. Dicho personaje hace referencia a un encuentro sucedido entre el rey de Etiopía del momento y emisarios del monarca Cambises II, con el objetivo de determinar por qué las personas de este territorio africano eran más longevas y fuertes. Para explicarlo, Cambises los lleva a una fuente misteriosa que, dice, tenía aguas que suavizaban la piel de quienes entraban en ellas y mejoraban su salud.
Vale resaltar que para Heródoto la historia no resulta muy convincente y le otorga la buena salud de los etíopes a la dieta que seguían.
2. La obsesión de Qin Shi Huang
El fundador de la dinastía Qin y primer emperador chino, Qin Shi Huang sí creía que existe la fuente de la juventud. Obsesionado con ser inmortal, el emperador envió a más de 3000 jóvenes a buscar la montaña de la inmortalidad Penglai. Sin embargo, el emperador nunca cumplió su objetivo porque la delegación no retornó —se cree que porque descubrieron Japón—; tiempo después, Qin Shi muere envenenado por mercurio, ya que sus médicos le prometieron que en esa sustancia encontraría el elixir de la vida.
3. El hinduismo y el néctar de la inmortalidad
La pregunta sobre si existe la fuente de la juventud también fue trabajada por el Hinduismo. Para ello, la fuente real era la amrita, la sustancia más valiosa del planeta que, se cree, es la bebida creada por los dioses del bien y del mal al batir el océano de leche, lo que sería garantía de inmortalidad y detendría el envejecimiento. Este concepto es uno de los mitos fundamentales del Hinduismo.
Ahora bien, algunos alquimistas indios creían que dicha sustancia podría obtenerse al transformar metales ordinarios en oro, aunque entre todas, esta fue la teoría que menos credibilidad ganó.
4. Alejandro Magno se pregunta si existe la fuente de la inmortalidad
En las novelas e historias sobre Alejandro Magno se relata la existencia de una fuente de agua que prolongaba la vida. Alejandro partió junto con sus siervos hasta Oriente Medio en busca de la mítica fuente, lo que, además, alimentaría la leyenda y extendería la creencia a otros lugares de Europa y de América, en donde surgieron historias similares con aguas curativas del caribe e impulsadas por indígenas y colonizadores.
5. El evangelio de San Juan y el Estanque de Betesda
Ahora bien, la idea de la existencia de la fuente de la juventud resalta, incluso, desde el evangelio de San Juan. En este texto se hace referencia a un milagro en el que Jesús sana a un lisiado en el Estanque de Betesda, y se menciona que sobre dicho estanque ya existía una leyenda que le atribuía al lugar propiedades curativas obtenidas gracias a un ángel que habitaba las aguas. Toda persona que se sumergiera en él quedaría curado de cualquier enfermedad.
6. Juan Ponce de León y la fuente de la eterna juventud
Posteriormente, fue Juan Ponce de León, durante la conquista de América, el que se interesa por si existe la fuente de la juventud cuando los indios de Puerto Rico le cuentan la historia de la prodigiosa fuente. A raíz de esto, inicia una expedición que le lleva hasta Florida, siguiendo las indicaciones de los Arahuacos que situaban la fuente de la juventud en una isla llamada Bimini, la cual se encontraba en la actual zona de las Bahamas.
¿Encontró finalmente Ponce de León la famosa fuente? ¿Existe la fuente de la juventud? Lo cierto es que en realidad no la encontró, porque tampoco la andaba buscando. Según un reciente estudio realizado por la historiadora Sherry Johnson, no existe constancia en ninguno de sus diarios de que estuviese buscando la fuente, de hecho, sería el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo quien lo relaciona, posteriormente, con la leyenda en un intento de desacreditar su trabajo en las Indias para perjudicarlo, debido a sus desavenencias políticas.
En cualquier caso, sigue siendo una bonita historia y siempre nos queda la posibilidad de visitar la que, desde siempre, ha sido la Fuente de la Juventud, que se encuentra en el Parque Arqueológico de San Agustín, en Florida.
El agua como fuente de vida: La base sobre la que existe la fuente de la juventud
Para que el ser humano haya buscado determinar si existe la fuente de la juventud se ha partido de entender el agua como símbolo de vida, lo cual ha sucedido también desde hace miles de años. Por ejemplo:
- En Babilonia el agua se consideraba una sustancia curativa y fertilizante que se almacenaba en el Golfo Pérsico, entendido como la ‘casa del agua’.
- En Egipto, el dios Hapi se representaba en el Nilo, quien era el abastecedor de fuentes y manantiales. Además, en las dinastías faraónicas se consideraba a Isis como el espíritu de las aguas y la diosa de los ríos y de las fuentes, aquella que daba vida y fertilizaba las tierras.
- Para los griegos, el agua que manaba de las fuentes poseía un espíritu inherente conocido como daimon o numen, y al que relacionaban con divinidades como Hermes, Apolo o Dionisio. De la mano con esto, vale resaltar que en el templo de Apolo manaba la famosa fuente Castalia.
- Los romanos, por su parte, creían que las fuentes tenían una virtud profética, lo que las convertía en oráculos. Las propiedades se vieron reforzadas, el ocaso del Sacro Imperio Romano y la creencia en las fuentes bautismales.
Así llegamos al final de nuestro artículo sobre si existe la fuente de la juventud, pero queremos preguntarte qué piensas al respecto: ¿crees que realmente sí puede existir? ¿Conoces alguna otra historia al respecto? ¡Te leemos! Ahora, exista o no la fuente de la juventud, la realidad es que el agua es vida, por lo que te invitamos a cuidar de ella, leyendo este post: cómo ahorrar agua.