Entre los animales marinos más inteligentes están los delfines y los pulpos como el «pulpo coco» del que te hablamos en Supercurioso y que es capaz de utilizar herramientas. Entre los mamíferos terrestres los cerdos, los orangutanes, los delfines, los elefantes o las ardillas se llevan la palma. Entre las aves destacan los cuervos y unos científicos han querido comprobar si la fábula El Cuervo y la Jarra de Esopo podría ser verdad. ¡Acompáñanos a descubrirlo!
Esopo, un fabulista de la Antigua Grecia, escribió sus fábulas en el siglo VI a.C. Los protagonistas de sus relatos acostumbran a ser animales y presentan un conflicto entre dos protagonistas. Éstos toman una decisión libremente y el éxito o fracaso de su acción supone la evaluación final y la moraleja del cuento, que contiene una enseñanza de carácter útil o moral.
La fábula El Cuervo y la Jarra de Esopo podría ser verdad
En las fábulas, los animales tienen comportamientos humanos y en la mayoría de los casos las características y acciones que se les atribuye no son más que recreaciones sin ningún fundamento real. Sin embargo, en el caso de la fábula de El Cuervo y la Jarra parece que la manera en que actúa el cuervo puede tener algo de cierto.
Recordemos la fábula: «Un cuervo que fallecía sediento vio una jarra, y esperando encontrar agua en ella, voló hacia allá con placer. Cuando la alcanzó, descubrió con pena que el nivel de su contenido no estaba a su alcance. Él intentó todo lo que podría pensar para poder llegar a donde se encontraba el nivel del agua, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.» La fábula continúa diciendo que el cuervo: «Por fin descubrió que coleccionando tantas piedras como él pudiera llevar, y dejándolas caer una tras otras con su pico dentro de la jarra, el agua subiría hasta llegar a poner su nivel dentro de su alcance y así pudo salvar su vida.» La moraleja subsiguiente es que «los momentos de crisis son fuente para el ingenio».
La fábula de El Cuervo y la Jarra, escrita hace más de 2.000 años, fue utilizada por Esopo para enseñarnos que la necesidad agudiza el ingenio, pero desde que el naturalista romano Plinio el Viejo diera testimonio de que la historia evidencia un comportamiento real de los córvidos, nadie más había pensado que reflejara una realidad animal. Hace unos años, investigadores de la Universidad de Cambridge y de la Queen Mary, Universidad de Londres, hicieron un experimento con cuatro grajos cautivos (los grajos y los cuervos pertenecen a la misma familia de los córvidos), presentándoles una situación similar a la que narra la fábula de Esopo.
En un recipiente transparente de forma tubular, colocaron un poco de agua y un gusano flotando en ella. El gusano quedaba fuera del alcance de las aves, pero pusieron cerca de ellas un montón de piedras. Dos de los grajos fueron capaces de coger con sus picos las piedras y tirarlas dentro del tubo de manera que el nivel del agua fuera subiendo y al poco rato el «manjar» quedara a la altura de sus picos en el primer intento y los otros dos en el segundo. Los grajos estudiaron la situación mirando los recipientes desde arriba y desde el costado y luego procedieron a recoger y depositar de forma precisa en el liquido las piedras necesarias para que el alimento quedara a su alcance.
El asombro de los investigadores por la hazaña de los córvidos no quedó ahí. En un segundo experimento pusieron al alcance de los grajos piedras de dos tamaños; unas grandes y otras pequeñas. Las aves eligieron las de mayor tamaño para conseguir que el gusano llegase a su alcance en el menor tiempo posible. Fueron lo más eficientes posible. Además, constataron que si ponían un tubo con agua y otro con serrín, en la mayoría de los casos, los grajos actuaban sobre el que contenía líquido y no el sólido. Según los científicos que llevaron a cabo el experimento, tan solo los orangutanes han tenido un comportamiento similar lo que prueba la gran inteligencia de estos animales. Además de los grajos, otros estudios realizados con cuervos de Nueva Caledonia arrojaron resultados similares e incluso constataron que son capaces de utilizar hasta tres herramientas de forma sucesiva. Aquí tenéis un impresionante vídeo que demuestra las aptitudes de los cuervos de Nueva Caledonia.
Como veis, la fábula de Esopo de El Cuervo y la Jarra estaba basada en un hecho real aunque a la mayoría, cuando nos la contaron de niños, nos pareció algo imposible para la inteligencia de un ave. ¿Sabías que los cuervos y en general toda la familia de los córvidos, eran tan inteligentes? ¿Conoces alguna otra acción que lo demuestre? ¡Compártela con nosotros! Si quieres conocer otras fábulas interesantes, te invitamos a leer el post: 5 fábulas mexicanas que debes conocer | ¡Te sorprenderán!