En la historia de la Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) hay algunos momentos que son un poco menos que ilustres, como la vez en que la agencia investigó si era útil usar gatos para escudriñar en reuniones privadas. Entérate cómo le fue al proyecto de gatos espías.
La CIA entrenó gatos espías para conseguir información y estos fueron los resultados
A mediados de los años sesenta, la CIA inició un proyecto de entrenamiento de gatos espías para ver si eso funcionaría, en un experimento de corta duración, apodado «Gatito Acústico».
Se cree que la idea de colocar micrófonos en gatos vino de un intento de escuchar a un jefe de Estado no identificado que se encontraba en un área con un montón de gatos salvajes. Los agentes de la CIA notaron que los felinos tendían a vagar dentro y fuera de las instalaciones sin llamar la atención de los guardias.
De acuerdo a lo publicado en el libro [easyazon_link identifier=»B01K3OUBNI» locale=»ES» tag=»supercurioso07-21″]Spycraft: La historia secreta de la tecnología de espías de la CIA desde el comunismo a Al-Qaeda[/easyazon_link], la idea lanzó un proyecto de investigación que generó ridículo y acusaciones después de que fuera divulgada públicamente. La Oficina de Investigación y Desarrollo descubrió una forma de implantar un transmisor de tres cuartos de pulgada en la parte suelta y carnosa detrás del cuello de un gato y un micrófono en el canal auditivo del mismo felino.
Un cable muy delgado, casi invisible, conectaba los dos dispositivos. El tamaño del transmisor significaba que el dispositivo sólo podía tener pilas muy pequeñas y sólo tenía espacio para grabar una cantidad limitada de audio.
Pero los gatos, aunque capaces de entrar en la ubicación deseada con facilidad, no necesariamente eran los mejores espías.
El ex-agente de la CIA, Victor Marchetti detalló en su libro [easyazon_link identifier=»B01K3OBGZA» locale=»ES» tag=»supercurioso07-21″]The Wizards of Langley: Inside the CIA’s Directorate of Science and Technology[/easyazon_link], que pronto descubrieron que el gato renunciaría a su misión tan pronto se sintiera hambriento. Además, un gato como éste no podía ser soltado para vagar sin entrenamiento. Su capacidad de concentrarse en un sonido sobre otro era una gran parte de la razón por la que eran espías deseables, pero tenían que enseñarles qué escuchar.
No obstante, ese tiempo de entrenamiento se fue por la borda durante un ejercicio para ver si el gato escuchaba a la gente en un parque sin distraerse.
«lo sacaron de la furgoneta, y un taxi se acerca y lo MAta. ¡Ahí estaban, sentados en la camioneta con todos esos diales, y el gato estaba muerto!», escribió Marchetti.
La noticia del programa se hizo pública en 2001, cuando el Archivo de Seguridad Nacional desclasificó memorandos sobre la Ciencia y la Tecnología de la agencia que aún estaban fuertemente censurados, pero que incluía uno de 1967 titulado «Observaciones de Gatos Entrenados».
¿Qué te parece? ¿Imaginabas que intentaron usar gatos espía seriamente?