La medicina en el Antiguo Egipto conformaba un sistema sanitario muy avanzado para la época. Los médicos se formaban en los templos y se especializaban como ayudantes de profesionales de más experiencia. Sabemos que la medicina era gratuita, para todas las clases sociales y en todo el país. Por los papiros encontrados, especialmente los de Kahun (Lahun) o los de Ebers, sabemos que existían estudios y tratados sobre Ginecología y Obstetricia en el Antiguo Egipto aunque no era considerada una parte de la medicina como tal.

Ginecología y Obstetricia en el Antiguo Egipto

En estos papiros podemos encontrar remedios y tratamientos que van desde métodos anticonceptivos, interrupción del embarazo, enfermedades ginecológicas, fertilidad o embarazo, hasta el parto y el post-parto. En ellos encontramos una curiosa combinación de religión y conocimientos/tratamientos médicos reales, que los especialistas de la época aplicaban al unísono. Conozcamos algunos de ellos.

Ginecólogía y Obstetricia en el Antiguo Egipto

Durante el embarazo, la diosa de la maternidad, Hathor, era la encargada de velar por la mujer y su fruto. En el momento del parto, se invocaba a Tueris, una diosa que protegía a la madre y al niño, alejando los malos espíritus.

En el tratado de Lahun, se menciona una enfermedad que «devoraba» los tejidos, claramente en esa descripción los médicos egipcios estaban hablando del cáncer.

Ginecólogía y Obstetricia en el Antiguo Egipto

Conocían la relación entre el aparato reproductor masculino y el embarazo, pero pensaban que el semen se originaba en el corazón y de allí viajaba a los testículos.

Se fabricaban preservativos con vejigas de animales para controlar la natalidad, así como otros métodos anticonceptivos o abortivos que incluían diversos tipos de «lavados», incluyendo uno con aceite muy caliente, y varias fórmulas de emplastos intra-vaginales. Entre éstos es interesante destacar uno que incluye espigas de acacia, ya que, actualmente, se ha demostrado que la resina de acacia es eficaz como espermicida.

Ginecología y Obstetricia en el Antiguo Egipto

Se conocía la bondad de la miel en los tratamientos ginecológicos. La miel contiene sustancias antibióticas y desinflamatorias naturales.

Los papiros contienen explicaciones que hoy consideramos peregrinas, como por ejemplo que durante el embarazo no hay menstruación porque ésta es la que forma y mantiene con vida al feto o que la germinación o no del trigo, regado con orina de la mujer, dirá si se está esperando una hembra o un varón.

Si en el momento del parto había desgarro perineal, los especialistas piensan que lo suturaban al finalizar. En uno de los papiros encontrados se hace mención de «volver a unir la vagina» refiriéndose a esta operación.

Ginecología y Obstetricia en el Antiguo Egipto

Para el parto la mujer se colocaba en cuclillas sobre dos ladrillos o en una silla especial sin fondo. Era ayudada por una comadrona y al finalizar la placenta se reservaba para fabricar remedios medicinales.

Durante 14 días después del parto, la mujer se apartaba de todo, ya que se la consideraba impura. Medicina y religión estaban profundamente unidos en la sociedad egipcia.

Los papiros contienen mucha información sobre cómo era la medicina y en especial la ginecología y obstetricia en el Antiguo Egipto. Incluso hacen mención de un cargo médico sumamente curioso, que quizá quieras conocer: «Guardian del Ano del Faraón».

Imagen:  Aoineko