Desde hace unos años se están desarrollando por todo el mundo terapias coadyuvantes con animales. Se ha visto que son muy beneficiosas para enfermos que de otra manera es difícil que mejoren. Se realizan terapias con perros, gatos y otros animales de compañía que ayudan a tratar depresiones, ansiedad, traumas etc…En los últimos tiempos se han añadido a este grupo los caballos y los delfines. Los centros que se sirven de los delfines para terapias son escasos. Sin embargo parecen haber demostrado que estos animales son muy útiles, como ayuda, en determinadas patologías.
La terapia con delfines
La terapia con delfines empezó con la observación, por parte de un grupo de médicos y científicos, de la mejoría que tenían un grupo de niños con autismo, parálisis cerebral u otros tipos de trastornos neurológicos que tenían habitualmente contacto con estos cetáceos. Su hipótesis es que los ultrasonidos que emiten los delfines actúan como desencadente de endorfinas provenientes del sistema nervioso central. Estas endorfinas contribuyen a la relajación y al alivio del dolor en los pacientes. También aumentan la conexión neuronal y el funcionamiento de los dos hemisferios cerebrales.
Otra linea de trabajo de los neurocientíficos estudia el efecto de estos ultrasonidos sobre el ADN humano. Han llegado a afirmar que los sonidos y los campos magnéticos que generan los delfines modifican de alguna manera el ADN de las personas que están en contacto con ellos.
Los partidarios de la delfinoterapia afirman que en niños con síndrome de Down hace que mejore su proceso de aprendizaje y en niños con autismo mejora su atención. En personas con estrés o depresión también parece haber sido de ayuda, así como en otras patologías.
En esta terapia trabajan conjuntamente terapeuta, delfín y paciente. Las sesiones suelen ser cada 15 días y durar una media hora. En ellas el paciente juega, acaricia y realiza una serie de ejercicios en contacto con el delfín en el agua. A pesar de que hay muchos defensores, los detractores son también numerosos. Éstos últimos afirman que se trata de un negocio y que en realidad no benefician más que otras terapias.
El dilema ético
El dilema surge de pensar si es ético mantener a los delfines en cautividad para realizar este tipo de terapias o no. Estos tratamientos han de realizarse en delfinarios y éstos son para los inteligentísimos animales auténticas prisiones. Los defensores de los delfines quieren acabar con estos recintos.Para ellos son cárceles que estresan, deprimen, enferman y a veces inducen al suicidio a estos cetáceos tan increíbles.
Como alternativa proponen acudir al «ciberdelfín». Es mucho más económico y parece que también es efectivo. Es la llamada «delfinoterapia virtual». Consiste en situarse sobre un colchón de agua con unas gafas de realidad virtual en las que el paciente ve delfines nadando. A la vez escucha los sonidos que producen los delfines de una grabación. La sensación es como estar flotando en el mar rodeado de ellos.
La polémica está servida. Si quieres saber más sobre los delfines, te invitamos a que descubras curiosidades sobre los delfines.