El fútbol es pasión de multitudes, nos lleva de la sonrisa a las lágrimas, es bello verlo y jugarlo. En este deporte puedes pasar de héroe a villano en un segundo, si muchos te aman es seguro que también otros muchos te deteste, pweo lo más importante es que siempre, siempre, el fútbol da revancha.
Por todo lo mencionado anteriormente no hace falta agregar que el fútbol no necesita de este tipo historias para ser interesante, pero existen y son sumamente curiosas, por eso es bueno repasarlas de a poco.
La leyenda de la bruja de Chascomús
Chascomús es una ciudad de la provincia de Buenos Aires, ubicada a más de ciento veinte kilómetros de la Capital Federal. Muchos porteños llegan allí, huyendo del caos de la ciudad. Se entretienen pescando en su famosa laguna, haciendo asados a la intemperie y dejando atrás su estrés.
La leyenda cuenta que, en 1994, a esta ciudad acudieron, desesperados por ascender a primera división, los dirigentes del Quilmes Athletic Club, a buscar a la bruja Dora para que hechizase a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, un rival directo en la lucha por el puesto de ascenso. Cabe destacar que Quilmes es uno de los clubes más antiguos del país y está mucho menos acostumbrado a jugar en la segunda división de lo que muchos creen, a pesar de que en los últimos años se lo pudo ver descender seguido.
Acordaron pagarle lo que la dama pedía en dos partes, la primer mitad por adelantado y la segunda después de que la maldición se cumpla, el arreglo fue sencillo, los jujeños debían perder, y Quilmes ganar.
Llegó el día y Gimnasia perdió tres a cero. Además el conjunto bonaerense ganaba dos a uno, cuando su partido fue suspendido.
Al Lunes siguiente Dora se acercó a la sede del club a reclamar la segunda parte de su pago, pero los dirigentes mezquinos y desagradecidos con sus propias creencias la echaron del recinto sin darle un peso. La bruja, enfurecida prometió que iban a recordar aquella felonía, otro vaticinio acertado por la oriunda de Chascomús.
¿Qué ocurrió entonces?
Quilmes acabó perdiendo aquel partido que ganaba dos a uno, no consiguió el ascenso ese año, ni lo hizo al siguiente, ni al siguiente, ni hasta después de ocho años en 2002, casi una década en la que el club perdió finales directas por el ascenso.
Un año antes los dirigentes quisieron reencontrarse con la bruja para saldar su deuda pero para mala fortuna de todos, Dora había muerto. Los que cuentan esta historia dicen que desde la dirigencia de Quilmes se le compró una costosa corona a la difunta mujer que llegó a su tumba, sin embargo esto no detuvo la maldición. Un año después un fanático puso Dora a su hija como segundo nombre en honor a la hechicera, esto, dicen los fieles, enterneció a la dama y desde el Más Allá dejó sin efecto la maldición para que el club, después de diez años de deambular por el ascenso, alcanzase nuevamente la primera división.
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