El Día de Acción Directa, también conocido como la Gran Matanza de Calcuta, fue un día de disturbios y homicidios generalizados en la India. Tras un rastro de sangre y volencia, luego de este día, la nación nunca volvió a ser la misma. Descubre esta historia.
Musulmanes e hindús se enfrentaron en la Gran Matanza de Calcuta
El 16 de agosto de 1946 la ciudad de Calcuta (ahora conocida como Kolkata) en la provincia de Bengala de la India británica, se pintó de rojo con la sangre de sus habitantes en lo que ha sido uno de los episodios más oscuros de su historia: la Gran Matanza de Calcuta.
La región más afectada por la violencia fue el sector densamente poblado de la ciudad, delimitado por Park Circus y Lower Circular Road al sur, CIT Road al este, Vivekananda Road al norte y Strand Road al oeste. Según las estimaciones oficiales, las víctimas fueron de 4.000 muertos y 100.000 heridos. Otras fuentes pusieron el número de muertos entre 7.000-10.000. Algunos autores han afirmado que la mayoría de las víctimas eran hindúes. Sin embargo, otros indican que más musulmanes fueron asesinados que el grupo anterior.
Las escaramuzas entre las comunidades continuaron durante casi una semana. Por último, el 21 de agosto, el gobierno de la Liga Musulmana fue destituido y Bengala fue sometida al gobierno del virrey británico. 5 batallones de tropas británicas, apoyados por 4 batallones indios y Gurkhas, fueron desplegados en la ciudad. Lord Wavell alegó que más tropas británicas debieron haber sido convocadas antes, y no hay indicación de que no estuvieran disponibles. Los disturbios se redujeron el 22 de agosto.
«… este es el momento en que tenemos que tomar represalias, y hay que responder a la brutalidad con brutalidad».
Estas palabras pronunciadas por un musulmán y un hindú, respectivamente, en Kolkata, la mañana del 16 de agosto de 1946, sirven como ominosos heraldos de lo que el día traería. Esa jornada se convirtió en tal vez uno de los momentos más importantes de la historia de la India, junto al día de la Independencia del país el 15 de agosto, un año después. No obstante, a diferencia de este último, el primero representa un espectáculo sin precedentes de odio y derramamiento de sangre.
En 1946, el líder Muhammad Ali Jinnah declaró el 16 de agosto como «Día de Acción Directa» y pidió a los musulmanes de todo el país «detener las actividades en todos los negocios». Esto se determinó para presionar al gobierno británico y conseguir que accediera a la demanda de la Liga Musulmana (encabezada por Jinnah) de dividir el país en términos religiosos, permitiendo así la creación de un Pakistán dominado por los musulmanes.
El estado de Bengala era uno de esos pocos sitios en el país donde los musulmanes eran mayoría. Sin embargo, estaban precariamente posicionados contra un territorio interior político habitado por el Congreso Nacional dominado por los hindúes, el Partido Comunista de la India y el Mahasabha hindú.
Además, a medida que avanzaba la lucha por la libertad contra los amos coloniales, las nociones de nacionalismo se entrelazaban más intrincadamente con la religión. Ser un indio comenzó a ser equiparado con ser hindú y no musulmán. Sin embargo, la idea era afirmar solamente la identidad india contra el colonizador europeo.
Tal vez, inicialmente, la intención no era alienar a los musulmanes, sino encontrar una voz coherente y firme contra los británicos. Por desgracia, sí sirvió para profundizar el abismo entre hindúes y musulmanes.
El resultado fueron los disturbios comunales, uno de los más brutales incidentes de violencia en la historia de la India, que dejó varios cientos de personas, en su mayoría musulmanas, muertas a su paso.
No obstante, hay dos lados de esta historia. Cuando Jinnah llamó a un día nacional de suspensión de todos los negocios, tal vez no esperaba un disturbio tan masivo como el que finalmente tuvo lugar.
El otro lado del espectro histórico no está de acuerdo. Los disturbios fueron el resultado del pánico que sufrieron los musulmanes ante la perspectiva de ser una minoría en un país dominado por los hindúes. En ese caso, podría haber sido un plan deliberado y bien pensado de ejecutar los asesinatos.
Los disturbios finalmente sirvieron para aumentar el sentimiento de alienación entre los musulmanes, fortaleciendo así su deseo de una nación separada. La violencia hizo que las dos comunidades se dieran cuenta de la magnitud del daño que eran capaces de causar unos a otros cuando eran «forzados» a vivir juntos y así, finalmente, Pakistán se convirtió en un país separado de la India.
¿Conocías este episodio de la historia de la India?