La Iglesia del apóstol San Andrés, está en Rusia, concretamente en el cauce del río Vuoksa, en la mítica ciudad de Leningrado. Vista desde lejos, suspendida sobre el río y envuelta en suaves espirales de niebla, parece una construcción de otro mundo. De un mundo tejido por las hábiles manos de las hadas, o de seres del más allá, artesanos del misticismo, la magia y la religión.

Su construcción es muy reciente. Esta iglesia de madera fue levantada en el año 2000. Se eligió ese pequeño islote y recóndito paraje de Leningrado por la sutil belleza natural que lo envolvía y porque quien pasa por aquí siente y percibe una calidez especial que invita al recogimiento y la reflexión.

¿Nos acompañas en este viaje interior hacia el río Vuoksa de Rusia?

La Iglesia de San Andrés, la unión con la naturaleza

Recordemos que mientras San Pedro es el líder de la iglesia católica y San Marcos de la copta (entre otros), San Andrés se alza para Rusia como ese apóstol al que identificar en una cruz en forma de aspa, donde según cuentan las escrituras, estuvo agonizando durante tres días en Patras, una pequeña ciudad de Grecia.

Su figura es muy relavante para el pueblo ruso, de ahí que encontremos muchas manifestaciones artísticas y arquitectónicas alzadas en su honor. La Iglesia del río Vuoksa, es una de las más recientes y también de las más hermosas. Atrae por su sencillez y por el escenario único que la envuelve, un paraje natural lleno de matices que la hacen única en cada estación del año.

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En invierno se levanta con sus pequeñas cúpulas sobre la nieve, suspendida sobre las aguas congeladas como un pequeño palacio de cristal. En otoño se viste con colores ocres, granates y verdes, esos que conjugan tan bien con sus muros de madera. Hemos de destacar además que esta iglesia está inscrita en el Libro Guinness de los Récords como el único templo del mundo construido en una pequeña isla, que sirve como base, y que la levanta sobre el agua.

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Fue construida en el año 2000, con una sola finalidad: la reflexión, la paz y la unión con la naturaleza. Aquí no se llevan a cabo ceremonias cristianas pomposas, no hay peregrinaciones masivas de feligreses, solo meditación y la conversación tranquila con Dios en un ambiente relajado, donde la niebla, nos envuelve casi cada día.

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Para visitarla, deberemos coger un ferry o alguna otra embarcación que nos permita llegar hasta su islote. Siempre y cuando el tiempo lo permita, porque en ocasiones, el invierno en esta zona de Rusia puede ser incluso demasiado inclemente hasta para la propia fe y sus feligreses. Pero el viaje, merece sin duda la pena, aunque uno no practique la religión ortodoxa, aunque uno no sea creyente… basta con sentir esa cercanía especial por estos parajes tan cargados de magia y misticismo.

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Cabe destacar que la Iglesia de San Andrés de Vuoksa no es la única «Iglesia en el agua», existen muchas otras, como la de Volgogrado, Kondopoga, la Iglesia de la Asunción en Eslovenia, la iglesia en la ciudad de Kalyazin en el Volga… Pero lo cierto es que de entre todas sobresale ésta que hoy te presentamos. Cada día atrae a decenas de turistas, a creyentes y curiosos que ven en esta iglesia alzada sobre una pequeña isla, como una de las construcciones más bellas y pintorescas del mundo.

¿La visitarías? Si te ha gustado este artículo, atrévete también a conocer las iglesias más terroríficas del mundo. ¡Te encantarán!

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