Cuando escuchamos hablar de grupos humanos devorados por animales, a nuestra imaginación suelen acudir dos escenas: cristianos siendo devorados por leones en el circo romano, o algún naufragio que se convierte en festín de tiburones.
Pero aparentemente la mayor masacre de humanos llevada a cabo por animales tuvo a un combatiente no invitado a la fiesta de sangre que fue la Segunda Guerra Mundial.
La supuesta PEOR masacre de humanos devorados por animales
Entre enero y febrero de 1945 tropas británicas y japonesas se enfrentaron durante seis semanas luchando por el control de un territorio en la actual Burma, que ha quedado para la historia como la Batalla de la isla Ramree. El 19 de febrero los ingleses finalmente pudieron romper la resistencia de los japoneses y adentrarse en la isla haciendo que los nipones se retirasen a los pantanos, donde se toparon con un nuevo y feroz contrincante.
En la batalla se encontraba el naturalista inglés Bruce Stanley Wright, testigo y principal fuente de esta historia:
“Esa noche fue la más terrible que cualquiera de nosotros haya vivido. Entre el sonido de los disparos podían oírse los gritos de los hombres heridos, atrapados en las fauces de los cocodrilos; y el inquietante ruido de los cocodrilos girando creaba una cacofonía infernal que rara vez se ha igualado. Al amanecer llegaron los buitres para limpiar lo que los cocodrilos habían dejado”.
En la isla quedaban alrededor de 1.000 japoneses y sólo fueron capturados 20; se calcula que 900 debieron ser devorados por los caimanes en los pantanos.
El caimán de agua salada (Crocodylus porosus) se encuentra desde la costa de la India hasta el norte de Australia, puede alcanzar los 6 metros de largo, ataca humanos y posee la mordedura más poderosa del reino animal (al punto que podría considerarse comparable a la del Tyrannosaurus Rex).
No hay testigos japoneses de la masacre y los habitantes de la isla insisten en que esta historia no sucedió; en cambio, lo que sí pasó fue que la caza furtiva acabó con la presencia de los caimanes de agua salada en la isla Ramree.
Sea cierta o no esta historia, habría que hacer una pequeña observación: quizás ésta haya sido la peor masacre en la que los humanos hayan sido devorados, pero con certeza el mayor depredador de nuestra especie, año tras año, sigue siendo el zancudo, el mosquito transmisor de la malaria, el dengue, la leishmaniasis y en tiempos más recientes, el zika.
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