Todos conocemos la historia a grandes rasgos, las 4 hijas del Zar, junto con su hermano el Zarévich, el Zar, la Zarina y 4 asistentes, fueron asesinados la madrugada del 18 de julio de 1918 en el sótano de una casa de la localidad de Yekaterimburgo. Pero, ¿cómo eran esas 4 chicas?, ¿cómo murieron? Conozcamos la terrible muerte de las hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia

 La terrible muerte de las hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia

Gracias a las modernas técnicas forenses y a los testimonios que se han conocido tras décadas de silencio, hoy conocemos cómo murieron el Zar y su familia. Los bolcheviques consideraron necesario acabar con todos ellos para que no fueran rescatados por el «ejército blanco», partidarios del Zar, que se estaba acercando a Yekaterimburgo.

La terrible muerte de las hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia

Las 4 hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia, también fueron asesinadas. ¿Qué sabemos de ellas? Conocemos por personas que las trataron personalmente que las 4 chicas eran educadas de manera austera en el palacio. En el trato diario se las llamaba por su nombre de pila, sin otro tratamiento. Dormían en duros catres y por la mañana la ducha era con agua fría. Estaban obligadas a mantener sus habitaciones ordenadas y limpias y además de las largas horas de estudio, dedicaban su tiempo a realizar piezas de costura que vendían en diversos actos para recaudar fondos para obras sociales. Cada una de ellas tenía un carácter diferente y en definitiva sus vidas eran muy parecidas a las de otras nobles europeas de la época.

La terrible muerte de las hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia

En febrero de 1917 estalló la revolución rusa y el zar, Nicolás II, abdicó. Primeramente quedaron en arresto en el palacio Alejandro, en Tsárskoye Seló, más tarde fueron trasladados a Tobolsk (Siberia) y finalmente a la que sería su última morada: la casa Ipátiev en Yekaterimburgo.

La madrugada del 18 de julio la familia Romanov fue despertada y se les pidió que se vistieran rápidamente. Se les dijo que iban a ser trasladados a otro lugar, pues las tropas «blancas» se estaban acercando. Se pusieron la ropa que utilizaban para viajar, que incluía unos corsés muy especiales en los que, durante su estancia en Tobolsk, habían escondido cosidas algunas joyas y piedras preciosas para que no se las robaran.

La terrible muerte de las hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia

Antes de partir se les hizo bajar al sótano con la escusa de hacerles una foto antes de que partiesen. A la zarina y el zarévich se les permitió sentarse, los otros quedaron de pie. El autor Edvard Radzinsky recoge en su libro «El último zar» lo ocurrido a partir de entonces según el informe de Yákov Yurosvski, miembro de la policía secreta bolchevique, que dirigió la ejecución extrajudicial. Los dejaron esperando en el sótano hasta que entraron los ejecutores al mando de Yurosvski. Éste se dirigió al zar y le dijo que el pueblo lo había condenado  muerte disparándole un tiro en la cabeza. La zarina y Olga, recibieron disparos en la cabeza mientras intentaban santiguarse. Seguidamente con unas ráfagas, acabaron con el resto de la familia y los cuatro ayudantes que se encontraban con ellos, a la criada de la zarina le dieron varios bayonetazos. Se formó una humareda y al despejarse se acercaron a ver los cadáveres, observando que María y Anastasia seguían vivas, pues los corsés con las joyas habían actuado como chaleco antibalas. Al empezar el tiroteo se habían metido las dos en un rincón con las manos en la cabeza. Al parecer Anastasia fue rematada a bayonetazos según explicó otro de los guardianes, Piotr Yermakov. Yurovski añadió que al sacar los cuerpos al exterior, algunas de las chicas aún vivían, pues se oían sollozos. Acabaron con ellas a base de golpes en la cabeza. Las más jóvenes, María y Anastasia, tenían 19 y 17 años.

La terrible muerte de las hijas del Zar, Olga, Tatiana, María y Anastasia

En el año 1991 se encontró la primera fosa en la que descansaba parte de la familia del zar y en julio de 2007 la segunda. El estudio de los restos corroboró la historia de Yurosvski. Todos los Romanov y sus ayudantes fueron tiroteados y rematados a bayonetazos en julio de 1918 en aquel sótano de Yekaterimburgo.

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