Hablar de quién fue Alejandro Magno es sumergirnos en un universo en el que aún quedan muchas cosas por descubrir. Y es que cuando nos aproximamos a personajes históricos de tal talla, resulta en extremo difícil abarcar su extraordinaria extensión. Para empezar, podríamos traer a colación su espíritu guerrero, sus ansias de conquista que no se saciarían hasta dominar el mundo entero o su incomparable capacidad para la estrategia militar. En Supercurioso ya nos hemos acercado a otros aspectos de la vida del más grande de los reyes macedonios, como la historia de sus esposas o los misterios sobre cómo murió. Pero en esta oportunidad hemos querido dilucidar algunas variables de la personalidad de Alejandro Magno, que seguro te sorprenderán. ¿Nos acompañas?
¿Quién fue Alejandro Magno?
Alejandro III de Macedonia es uno de los líderes que más destacan en la historia universal. Con un reinado que no alcanzó a cumplir los trece años, le fue suficiente a este personaje para labrarse un legado que resuena hasta nuestros días. Su padre, el rey Filipo II de Macedonia marcó buena parte de su vida. Tan apoteósica se anunciaba la existencia de Alejandro desde el mismo momento de la fecundación, que cuenta una leyenda que su padre soñó después de engendrarlo, que cerraba el vientre de su esposa Olimpíade con el sello de un león.
En efecto, la personalidad de Alejandro Magno estuvo determinada en gran medida por la relación con sus padres y la preparación que recibió, especialmente de Filipo II. Desde muy niño (recordemos que vivió entre los años 356 y 323 a.C. ¡Si, tan sólo treinta y dos años!) fue preparado en estrategia militar. También recibió educación por parte de uno de los grandes sabios de la humanidad: Aristóteles. Al asumir su gobierno, Alejandro Magno se dispuso a someter a los pueblos de Macedonia a su propio imperio. Luego fue por la ampliación de las fronteras, conquistando el imperio Persa y extendiendo sus dominios desde Grecia hasta Egipto por el oeste y el valle del Indo por el este. Pero veamos con más precisión, cuáles eran las características de la personalidad de Alejandro Magno, que más han definido a este personaje.
¿Cómo era la personalidad de Alejandro Magno?
La relación con sus padres
La personalidad de Alejandro Magno está fuertemente marcada por la relación con sus padres. Hay versiones que defienden que su nacimiento fue fruto de una relación de infidelidad de su madre. Sin embargo, gran parte de la comunidad de investigadores se separan de esta hipótesis. Lo que si es cierto es que el pequeño Alejandro tuvo que afrontar una pronta separación de sus padres. Luego de haber procreado a Alejandro y su hermana Cleopatra, Filipo II y su esposa Olimpíade vieron deterioradas sus relaciones.
Al estar su padre siempre en campañas, distanciado del seno materno, y siendo además, como era costumbre de la época, polígamo, Alejandro se apegó a la figura materna. Olimpíade se dedicó a proteger a su hijo, algunos dicen que con ciertos excesos. La labor de la madre, más allá del amor natural, también se justifica con un hecho: Alejandro representaba la única posibilidad de continuidad en el poder para Olimpíade en la corte macedonia.
Pero, aunque un padre ausente en la infancia, Filipo II empezó a hacerse sentir en el desarrollo de la personalidad de Alejandro Magno, más hacia la adolescencia y joven adultez. Las diferencias que hasta ahora habían sostenido, fueron mutando por una complicidad propia de la vida militar, de la enseñanza de estrategias y técnicas de batalla, y el compañerismo y orgullo mutuo de vivir juntos grandes victorias como la de Queronea. Poco después de esta etapa de reencuentro, Filipo murió a causa de una conspiración, y Alejandro ascendió a un trono bastante disputado.
Una educación destacada
Otro aspecto vital en el desarrollo de la personalidad de Alejandro Magno, es la posibilidad de haber recibido una educación extraordinaria. En las ciencias y artes de la guerra fue instruido por su padre, uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos. También fortaleció esta área de sus saberes y conocimientos con la instrucción de un tutor contratado por su madre, el pedagogo Leónidas. Este personaje también quedaría grabado en la conformación de la personalidad de Alejandro Magno, pues le trató con extrema dureza, pero le ayudó a desarrollar un carácter estoico, en el que predominasen costumbres de tipo espartano, como la ropa ligera, el ejercicio físico exigente y la alimentación frugal.
Pero fue el sabio Aristóteles quien despertaría en el joven Alejandro las mayores ansias del saber, que determinarían los rasgos más notables de su personalidad. Durante cuatro años lo tuvo como tutor. Y aunque el sabio aún no había escrito las grandes obras que son patrimonio universal, ya tenía claras las bases de su legado. Entonces instruyó al joven Alejandro en asuntos de política y de ética que determinarían buena parte de su ejercicio como gobernante.
Le educó además en asuntos tan variados y útiles como el derecho, la educación cívica, la filosofía, la medicina y fisiología, la botánica y zoología. También se suma a la construcción de la personalidad de Alejandro Magno, la profunda admiración por el héroe Aquiles, fomentada por su madre. Fue así como se entregó a la lectura de La Ilíada y La Odisea del celebre poeta Homero. También leyó las obras de otros autores afamados de la época, como Jenofonte y Eurípides. Estas lecturas fueron de a poco ampliando sus horizontes mentales. Fueron un incentivo a su ambición, a su imaginación y a las ansías de superarse y expandirse en todos los sentidos imaginables.
Un carácter de grandeza
Sin duda que las hazañas militares que protagonizó este personaje, están marcadas por visión, estrategia y carácter. La personalidad de Alejandro Magno era sinónimo de fuerza y determinación. Tan sólido era su aspecto físico como las acciones que le acompañaban. Era de los que planeaban las expediciones y comandaban las tropas, pero sin ocultarse jamás en las últimas filas. Al contrario, luchaba siempre en primera línea. Entrenada su cuerpo de manera feroz, y no le faltaba energía para disfrutar de festines, celebraciones y amantes, de los que se cree disfrutaba más de la compañía masculina, tal como era usual en la época.
Su temperamento guerrero era también magnánimo, por lo que respetó siempre la integridad de los derrotados. Podía llegar a ser cruel con el enemigo, pero procuraba no apartarse de la justicia. Y en igual medida recompensaba a sus soldados. La personalidad de Alejandro Magno se marca por el deseo del hombre de convertirse en leyenda, con el único anhelo de pasar a la historia por haber sido un monarca de honor, un héroe grande, justo y sabio. Si te interesa conocer un poco más sobre este emblemático personaje, no te pierdas este artículo sobre las últimas palabras de Alejandro Magno.