Imagina esta escena un tanto utópica, han desaparecido todas las lámparas y velas en el mundo y ya nadie puede alumbrarse durante las noches. Entonces, alguien quiere hacerte una especie de juego macabro y te regala una lámpara un tanto especial: sólo te alumbrará durante una noche y para encenderla necesitas alimentarla con tu sangre… ¿Estarías dispuesto a encenderla?

Enciende tu conciencia

El diseñador estadounidense llamado Mike Thompson es creador de esta “lámpara” que más que presentarnos una lámpara funcional propiamente dicha, busca despertar la conciencia sobre el uso racional de la energía eléctrica.

bombilla

Según datos estadísticos un estadounidense promedio consume anualmente alrededor de 3383 kilovatios por hora, lo equivalente a mantener las luces encendidas de cuatro salas durante todo el año. Este hecho llevó a Thompson a idear una manera de concienciar a la población sobre el ahorro de energía. La facilidad de obtener la luz con tan solo activar el interruptor hace que la mayoría de nosotros no piense en los daños medioambientales que causa el desperdicio de energía.

sangre

Este invento fue desarrollado en el 2007 y fue bautizado como “lámpara vampiro” precisamente porque sólo funciona con sangre humana. Como se mencionó, su principal objetivo es llevar un concepto reflexivo sobre el mal uso y el poco aprecio de la energía. En palabras de Thompson: “Si la energía nos cuesta dinero, si las lámparas tuvieran que encenderse así, nos pensaríamos dos veces si encender la luz o no y nos acordaríamos de apagarla”.

¿Cómo funciona?

El inventor tuvo la idea mientras estudiaba en la Design Academy Eindhoven holandesa. Se encontraba estudiando energía química para un proyecto y se encontró con el luminol. El luminol es un producto químico que utilizan los forenses para comprobar si hay rastros de sangre humana en la escena del crimen.

La mezcla de luminol y agua oxigenada produce una reacción química promovida por el hierro de la hemoglobina de la sangre y produce rápidamente una luminiscencia azul. El resplandor azul brillante es tan luminoso que puede iluminar espacios abiertos.

Para encender la lámpara se necesita mezclar el luminol, romper el cuello, cortarse a uno mismo con el filo del vidrio y derramar sangre que actúa como una chispa para encender la lámpara. El autor difundió su invento con un vídeo inquietante. La puesta de escena ofrece un ritual a modo de suicidio.

Sin duda, un invento interesante para transmitir un concepto sobre el uso responsable de la energía. Personalmente no me gustaría encontrarme en la necesidad de encender esta lámpara algún día.