La alimentación de los niños tiene una influencia directa en su crecimiento, razón por la que se trata de una de las cuestiones que más preocupa a madres y padres. Aunque la leche es un alimento básico desde el mismo momento del nacimiento, los bebés que no alcanzan el año de edad no pueden consumir leche de vaca, ya que sus organismos no han alcanzado la madurez suficiente como para asimilarla, e ingerirla podría suponer un riesgo para su salud.

Por ello, cuando los niños no se alimentan de leche materna, entran en juego las leches infantiles, destacando de forma más concreta la leche de crecimiento, que se toma a partir de los 12 meses aproximadamente. ¿Quieres conocer todos los detalles acerca de la leche de crecimiento? En Supercurioso te contamos su importancia, y los detalles que debes conocer, ¡no te lo pierdas!

Leches infantiles | Todo lo que debes conocer sobre las leches de crecimiento

Leches infantiles 1

La leche de crecimiento, que comienza a tomarse a partir del año de edad y puede mantenerse hasta los tres años aproximadamente, está elaborada a partir de la leche de vaca desnatada y nace como paso intermedio entre la leche de continuación y la leche de vaca; y es que está ideada con la finalidad de preparar el sistema digestivo de los niños para que éstos puedan asimilar mejor la leche de vaca de manera progresiva, ajustándose a la inmadurez de los aparatos digestivos y renales de los niños.

Además, es precisamente entre los 12 y los 36 meses que se da una etapa de enriquecimiento de la dieta del niño, momento en que deben incluirse determinados nutrientes capaces de garantizar un crecimiento saludable y equilibrado, tales como el Omega 3 DHA, el hierro, la vitamina D o el yodo. En este sentido, la leche de crecimiento es una solución tan ideal como práctica.

Siendo así, puede decirse que la leche de crecimiento tiene por objetivo complementar la dieta infantil, y lo cierto es que lo consigue: tiene un valor energético equiparable al de la leche de vaca, aunque con una menor presencia de grasas saturadas (no saludables) y más ácidos grasos y vitaminas esenciales para el desarrollo físico, intelectual y visual. Así, la leche de crecimiento fomenta el desarrollo y el crecimiento del bebé sin poner en riesgo su estado nutricional (de hecho, todo lo contrario).

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A modo de conclusión, puede establecerse que debemos tener muy presente la importancia que cobra la etapa comprendida entre los 12 y los 36 meses debido al alto crecimiento del bebé y a su desarrollo neuronal y cognitivo. Es por este motivo que es relevante asegurarnos de que reciba una alimentación saludable, e incluir en su dieta leches de crecimiento es algo que nunca está de más. 🙂

Esperamos que te haya resultado de utilidad conocer esta información y, como siempre, te invitamos a que nos dejes tus impresiones en la sección de comentarios. ¿Conocías las leches infantiles y de crecimiento? ¿Quieres compartir con nosotros tu experiencia con tu bebé? ¡Te leeremos con mucho interés!