En Supercurioso te hemos hablado sobre algunas de las leyendas más famosas de la mítica civilización egipcia, en esta ocasión te traemos la principal y más importante de todas, ya que se trata del origen del universo como tal, es el comienzo de todo, de allí se derivan los dioses y también la creación del hombre.
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Creación del Universo
Al principio sólo existían las tinieblas y un enorme mar azul. Este mar era completamente pacífico, no tenía ninguna clase de movimiento o vida en él y se le conocía como Nun. Allí se encontraba profundamente dormido Amón-Ra, hasta que un día finalmente despertó, se trataba del dios Sol, había nacido el primer Dios.
Amón-Ra no tenía madre ni padre, estaba completamente solo y comenzaba a sentirse un poco aburrido. Por este motivo decidió crear a otros dioses. Es por ello que escupe a Shu, dios del aire y a Tefnut, diosa de la humedad, juntos crean a Gueb, el dios de la tierra y también a la diosa del cielo, quien fue nombrada Nut.
Como el gigante océano Nun no desaparece, sino que por el contrario rodea todo el cielo, los dioses sintieron miedo de que éste pudiera inundar la tierra, por ello decidieron representar dicho océano en la forma de lagos sagrados, los cuales se encontrarían a la orilla de los templos.
Fue así como ocurrió la creación del Universo, un Dios dormido en las tinieblas y el océano, despertó en un mundo solitario y ante el aburrimiento decidió crear a otros dioses y estos a la vida en la tierra.
Creación del hombre
La creación del hombre tiene dos leyendas, la primera es que el ser humano brotó de las lágrimas de felicidad de Amón-Ra, la segunda es que el hombre fue creado por el dios Jnum, el cual tiene la cabeza con forma de carnero.
En un principio los dioses crearon la vida de todos los seres que debían hacerle compañía a los faraones, una vez formada toda la vida salvaje se dispusieron a crear al hombre. Allí, Jnum comenzó a moldear en su torno de alfarero tanto el cuerpo del hombre como también su alma, se preocupaba específicamente por los futuros faraones a quienes se aseguraba de darles su energía vital o ka.
Por su parte, Amón-Ra crea los desiertos para proteger a Egipto y también lo provee del río Nilo para que sus aguas le permitieran al pueblo tener abundantes cosechas. Después, fue creando el resto de los países del mundo y fue para ellos que colocó un Nilo en el cielo, es decir, la lluvia.
Finalmente, para poder controlar todas las fuerzas del mal y del caos, Amón-Ra creó a la realeza, ya que era la única forma de imponer orden en la población. De hecho, él fue el primer y más glorioso rey de Egipto, quien gobernó durante siglos en los cuales reinó la abundancia, alegría y paz.
Así fue como según la mitología egipcia fue creado el Universo, el hombre y todo lo que le rodea, incluyendo el mismo origen de la realeza. ¿Te gustan las historias de la mitología egipcia? ¿Conoces alguna otra leyenda?
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