El año se pasa entre estaciones, sufriendo las más calurosas y aquellas de frío que llega a los huesos. Aun así, es el momento que todos esperan con cierta emoción, el cambio de temporada. Están los que aman el verano, los que aman el otoño, los que aman la primavera o el invierno, porque, de hecho, también en cuanto a estaciones hay gustos para todo. Pero, seguramente te haya pasado, esperas el cambio con ilusión, te preparas para ello, pero de repente ¡estás enfermo! ¿Por qué los cambios en el tiempo nos sientan tan mal?

Cambios en el tiempo: la razón por la que nos sientan mal

Las investigaciones sugieren que puede que sea cierto que los cambios en el tiempo o las temporadas nos afectan, pero no por igual. Cuando el invierno se convierte en primavera y cuando el verano se va, los virus del resfriado prosperan. Los dos principales virus detrás del resfriado común son el rinovirus y el coronavirus, y proliferan en el clima cada vez más frío que se da en esos cambios estacionales.

Por qué los cambios en el tiempo nos sientan mal.

Por otro lado, en verano, surgen enfermedades como resultado de una combinación de varios factores. Los nuevos tipos de polen y otros alérgenos llenan el aire, lo que puede dar como resultado una nariz congestionada, provocar otros problemas respiratorios, y a su vez, conducir a alguna enfermedad, puesto que los pulmones y los pasos nasales irritados son más susceptibles a sufrir infecciones.

Las personas con alergias estacionales en verano pueden tener molestias y narices que gotean porque sus sistemas inmunológicos pueden entrar en un estado de sobrecarga, a medida que reaccionan a estas alergias, dejándolos más vulnerables a contagios virales. No obstante, estas infecciones del verano son generalmente más leves que las que se contraen en las estaciones más frías.

En invierno, por ejemplo, es más probable que usted contraiga la gripe, pues el virus de la gripe se propaga de manera más efectiva cuando el aire es frío y seco. Sin embargo, tanto con la influenza como con el resfriado común, una vez que haya pasado por ello una vez, generalmente ya se es inmune durante el resto de la temporada. Sólo hay que esperar que no haya muchas cepas diferentes.

Pero, la gran pregunta es: ¿qué podemos hacer para evitar enfermar con la llegada de las estaciones? Bueno, siempre hay cosas sencillas que hacer, por ejemplo: cuidar la higiene, hacer ejercicio de manera regular, comer saludable con una dieta equilibrada, dormir bien.

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