El metro de Moscú, Rusia, recibe a diario a centenares de personas como cualquier otro transporte público. Pero entre ellos, viaja un grupo de usuarios mucho más especial que el resto. Pues el concurrido y ruidoso tren subterráneo: ¡traslada a sabuesos capaces de moverse de una estación a otra, con suma naturalidad!
Lo impresionante no es solo que los perros callejeros de Moscú van en metro, sino que estas criaturas de una astucia increíble, aparentemente reconocen dónde se encuentran y cuál será su destino.
¿Cómo lo hacen? Exponemos algunas teorías…
Los perros callejeros de Moscú van en metro, pero ¿cómo han aprendido?
Viajar en metro no es tarea sencilla. De hecho, cuando pensamos en ello, las primeras imágenes y sensaciones que se nos cruzan por la mente son: personas hacinadas en un espacio reducido y el ruido estrepitoso. Sí, en ocasiones la experiencia resulta estresante. Y lo es incluso más si lo hacemos en un lugar que desconocemos. El riesgo de perdernos está ahí, latente. Claro, siempre tendremos el comodín de pedir información o de leer alguna señalización para llegar donde queremos.
Caso contrario a los perros que, aunque tienen su propio sistema para comunicar emociones y necesidades, jamás podrían preguntar: ¿dónde rayos me encuentro? Sin embargo, a los perros callejeros de Moscú poca falta les hacen nuestras habilidades comunicativas, ya que han desarrollado mecanismos únicos de ubicación con los que pueden marcharse y regresar a sus puntos de orígenes, sin extraviarse en el intento.
Se dice que de 35 mil sabuesos que deambulan en la capital Rusa, unos 20 saben usar estas unidades de transporte. Para explicar tal fenómeno, esta clase de animales domésticos ha evolucionado junto a nosotros desde hace cientos de años. Por lo que parte de nuestra naturaleza les es familiar. De ahí a que algunos sabuesos intuyan cuándo estamos tristes, felices o que incluso sepan cuándo nos enojamos.
Han adoptado conductas humanas…y algo más
Los canes, por convivencia, saben interpretar nuestras señales. En cierto modo, esta habilidad les ha servido para moverse en un medio de transporte creado para humanos. Dicho esto, es factible que los perros callejeros de Moscú van en metro porque nos han estado copiando. Aunque describir cómo es que lo han aprendido, no es tan simple como esto.
Y es que aparte de adoptar uno que otro comportamiento de sus cohabitantes, otros elementos, como su desarrollado sentido del olfato, están inmersos en esto de ubicarse. Quizás existan aromas específicos de personas, alimentos o del ambiente que les ayuden a orientarse. Aunque estudios científicos sugieren que los perros explotan otros estímulos sensoriales para hallar sus rutas, y no solo se trata de la captación de olores.
La audición es también primordial. Se dice que estos fascinantes sabuesos posiblemente conocen las estaciones por sus nombres, al escucharlos y memorizarlos a través de megáfonos.
Seguro esta moción parecerá increíble. Pero si nuestras mascotas son capaces de reaccionar cuando las llamamos por sus nombres, porque aprendieron a reconocerlo mediante mecanismos de repetición…entonces, que los perros del metro de Moscú aprendan palabras específicas para identificar sus rumbos, es una teoría que por más descabellada que suene, viéndolo así, cobra sentido.
Los perros callejeros de Moscú van en metro, desmostrándonos a los humanos la suficiencia con las que estas maravillosas criaturas se adaptan a un mundo retador para los más desprotegidos.
Abunda el peligro afuera y ellos no son ajenos a la intolerancia. De hecho, se han reportado apuñalamientos a sabuesos en las instalaciones del tren subterráneo. Pero algunos de estos peludos continúan viajando en él, sin perder la confianza en sus amigos de otra especie. Tal vez buscando en sus aventuras un poco de calidez, jugueteo, compasión, comida ¿y por qué no?, un hogar.
¿Qué tal te pareció el artículo? ¿Te animarías a viajar junto a estos inteligentísimos compañeros de viaje?
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