Nos encanta la historia, no podemos evitarlo; y la ciencia que camina a la par. Este artículo te presenta a unos simpáticos animales, que viven más que nadie: las tortugas galápagos.
Un archipiélago lleno de tortugas
En 1535 fray Tomás de Berlanga se dirigía desde Panamá –donde era obispo– hacia Perú con la misión, ordenada por Carlos V, de actuar como intermediario entre Pizarro y sus hombres, que habían entrado en conflicto poco después de la conquista del imperio Inca.
Sin embargo, el mal tiempo y las corrientes lo fueron desviando y lo llevaron al descubrimiento accidental de un archipiélago, que bautizaron las Galápagos, por la cantidad de tortugas que encontraron viviendo plácidamente en él.
Luego, como solía ocurrir en esos tiempos de conquista, comenzó el proceso de extinción de las especies locales.
Una de piratas
Antes de concluir el siglo XVI las Galápagos se convirtieron en refugios de piratas ingleses que atacaban los barcos españoles, siendo el primero Richard Hawkins, en 1593. Posteriormente, en el siglo XIX, fue lugar de abastecimiento para barcos pesqueros y balleneros, que convirtieron la captura de las tortugas galápagos y de sus huevos en una actividad relativamente fácil y que conllevó una explotación que se estima entre los cien y los trescientos mil ejemplares y la desaparición de cuatro de las quince especies, hasta que empezó a ser protegida, a mediados del siglo XX.
La tortuga más grande del mundo
A pesar del ritmo de explotación cuando Darwin pasó por las islas, en 1835, todavía quedaban quince especies de esta tortuga, la más grande del mundo, pues llega a crecer hasta un metro veinte y a pesar cerca de doscientos cincuenta kilogramos, tamaño y peso que alcanzan gracias a que también son los animales vertebrados más longevos de la Tierra, llegando a vivir más de ciento setenta años, y hay quienes hablan de doscientos cincuenta.
Una tortuga llamada Harry, o Harriet
Veamos algunos casos: en 1965 murió Tu’i Malila, con 188 años; en 2006 murió el Solitario Jorge, con algo más de cien años, y en 2006 murieron Adwaita, supuestamente con 255 años (no se ha confirmado si era realmente su edad), y Harriet, con 176 años.
El de Harriet es un caso curioso, se creía que había sido capturada por Darwin, pero en años recientes se comprobó que no era así, aunque debió nacer cinco años antes de la visita del científico a las Galápagos. El otro “detalle” es que pasó cien años llamándose Harry, hasta que se dieron cuenta de que era hembra, es decir, Harriet.
Hoy en día estas tortugas, así como el archipiélago al que dan nombre, se encuentran bajo la protección del gobierno ecuatoriano y son patrimonio mundial natural de la humanidad.
¿Sabes de algún otro animal tan viejo como éste?