Todos los que hemos sido padres sabemos que los primeros meses del bebé suelen ser los más intensos y agotadores, entre otras cosas porque las noches de sueño continuo se interrumpen por un buen tiempo, al menos hasta que el bebé se acostumbre a dormir corrido y en otra habitación, como recomiendan muchos pediatras. Y también porque sabes que resulta muy estresante cuando los bebés lloran por las noches.

Aquí te hablamos de los motivos que usualmente explican este llanto, junto a una nueva y polémica hipótesis.

El auténtico motivo por el que los bebés lloran por la noche

Los motivos tradicionales esgrimidos para explicar por qué los bebés lloran por la noche pueden resumirse en cuatro causas:

1. Dinámica del sueño

En los primeros meses, el bebé pasa de un ciclo de sueño de dos fases (sueño activo y sueño tranquilo), al del adulto, de cinco fases; esta transición puede generar alteraciones en el infante, y llanto al despertar.

El auténtico motivo por el que los bebés lloran por la noche

2. Hambre

Incluso alimentándolos bien con pecho o algún reemplazo de la leche materna, especialmente durante los primeros meses, es probable que el niño se despierte durante la noche pidiendo comer. No hay que olvidar que al principio somos mamíferos sumamente frágiles y con el estómago pequeño, por lo que es seguro que a tan tierna edad despertemos llorando por hambre.

3. Dolor

Otra razón por la que los bebés lloran por la noche puede ser alguna clase de malestar. En estos casos el llanto suele ser distinto y algunos autores sugieren un método sencillo para identificar si el niño está llorando por este motivo y no por enojo o hambre.

El auténtico motivo por el que los bebés lloran por la noche

Sugieren que cuando el niño llora con los ojos cerrados se trataría de alguna clase de dolor, mientras si lo hace con ojos abiertos sería por enojo o rabia. (Yo tuve dos bebés y la verdad es que nunca noté ese detalle. Qué madre, ¿no?).

El auténtico motivo por el que los bebés lloran por la noche

4. Sensación de abandono

Una de las razones más comunes por la que los bebés lloran por la noche es el sentimiento de abandono. Esto se ha vuelto más frecuente desde que se ha hecho más popular entre los padres colocar a los niños en una habitación aparte. El bebé despierta y al ver que no está su madre comienza a llorar, es su modo de solicitar auxilio y protección.

A estos motivos, conocidos desde hace varias décadas, habría que agregar uno propuesto por un grupo de biólogos y publicado en la revista Evolution, Medicine and Public Health, donde se afirma que una de las causas por la que los bebés lloran de noche sería para alterar el sueño de los padres, mantenerlos cansados y así evitar la posibilidad de que produzcan un rival, es decir, un hermanito. De esta manera aseguraría que haya suficiente leche materna para él, exclusivamente.

El auténtico motivo por el que los bebés lloran por la noche

Naturalmente, esta propuesta ha creado polémica entre pediatras, psicólogos, biólogos, antropólogos y blogueros interesados en el tema, que afirman que eso es darle demasiado poder al bebé, que en los primeros meses ni siquiera es consciente de su existencia. A este argumento podríamos agregar que el hecho mismo de amamantar suspende el período, creando así un anticonceptivo natural mientras dure la lactancia, por lo que no tendría sentido que la naturaleza implemente otro mecanismo para evitar la llegada de un nuevo bebé mientras se alimenta al primero.

Por último, en el caso del bebé que llora por sentimiento de abandono, no olvides que lo ideal es que el bebé comparta la habitación con los padres, en una cunita, al menos los primeros seis meses, y hacer el cambio de habitación del modo menos traumático posible. Hay una tendencia creciente a rechazar los métodos que permiten el llanto sin consuelo y hasta que se canse, por tratarse de prácticas estresantes que pueden afectar al bebé física y emocionalmente.

Es preferible perder algo de sueño y evitar que el bebé se sienta abandonado o no querido, ¿no te parece? Quizás te interese leer también el increíble fenómeno de los bebés de piedra, que nunca abandonan a sus madres.