Todos conocemos la historia de Alfred Nobel: fabricante de armas e inventor de la dinamita, que se hizo rico gracias a esos negocios, pero una vez descubrió la magnitud de sus descubrimientos decidió legar una importante parte de su fortuna a los mejores exponentes de la Paz, Literatura o Medicina del año: los Premios Nobel. Sus inventos causaron millones de muertes, pero Alfred Nobel no es le único gran nombre de la historia con una faceta desagradable.
Los gastos de George Washington
Se dice que George Washington, primer Presidente de los Estados Unidos, era un hombre tan humilde que hasta renunció a su salario. Lo que suele olvidarse es su carácter manirroto. En solo siete meses gastó 6.000 dólares (el sueldo anual de 75 soldados) en licores, o facturó 3.000 dólares al Congreso Continental para su jubilación en Nueva Jersey.
Ulysses S. Grant, de alcohólico a racista
Otro líder estadounidense, Ulysses S. Grant, pasó en 15 meses de alcohólico a Presidente de los Estados Unidos, con un plan especial para deportar a todos los negros del país a una isla caribeña.
Churchill odiaba la India
En 1943, durante la II Guerra Mundial, la India (entonces dominada por Londres) sufrió una grave hambruna. Sin embargo, el premier británico decidió desviar la comida para la India para sus tropas, pese a que Canadá o EEUU le ofrecieron comida gratis. Winston Churchill realmente odiaba la India y sus habitantes, y cuando le hablaron de las pilas de cuerpos sin vida que se apilaban en el país víctimas del hambre, preguntó por qué Gandhi no estaba entre ellos. También se mostró favorable a gasear a las tribus irakís y creó campos de concentración en Kenia, donde se torturó, por ejemplo, al abuelo de Obama.
Graham Bell contra los sordos
Alexander Graham Bell inventó el teléfono, y pese a años de trabajo con sordos temía que, si se casaban entre ellos, surgiese una nueva raza de sordos que pusiera en peligro la especie humana.
Se ha demostrado que Alexander Graham Bell no inventó el teléfono.