Es propio del instinto humano querer subsistir, como individuo y como especie. Y mientras más se conoce acerca de las inminentes amenazas que enfrenta la tierra, como es el caso del calentamiento global, virus y bacterias resistentes y otros potenciales apocalipsis, es hora de encontrar un plan B. Los planetas globo ocular pueden ser la respuesta, pues es muy posible que sean capaces de sustentar vida humana y tal vez extraterrestre.
Planetas globo ocular, ¿albergan vida?
Esta recientemente iniciada revolución en la caza de planetas es ciertamente sorprendente, la búsqueda de la Tierra 2.0 no para (ya sea por curiosidad o por supervivencia) pero también plantea la pregunta: en una galaxia inundada de más planetas que estrellas, ¿hay alguno capaz de mantener vida?
Y aún más interesante: cuentan ya con algún tipo de vida de la que tengamos que estar alerta. Pues la lógica nos dice que de seguro debe haber algún otro tipo de seres además de los existentes en la Tierra, pero pocas pruebas de ello se han encontrado. Lo más cercano que tenemos para estimar el número y tipos de vida que se pueden encontrar en el espacio es mediante la ecuación Drake.
Estudios recientes plantean que quizá no hemos estado buscando en los lugares adecuados, pues hasta el momento solo hemos dirigido nuestro interés hacia sistemas solares que sean similares al nuestro, lo cual no es para nada común. Según Sean Raymond, del Laboratorio de Astrofísica de Burdeos, después de 3.5 billones de años de la Tierra siendo Tierra (según los fósiles) se ha determinado que nuestra segunda mejor opción parecen ser los planetas globo ocular.
Estos planetas llevan ese nombre porque cuentan con una órbita cerrada, lo que significa que un lado siempre da hacia su sol, resultando en algo muy parecido a un globo ocular. El punto bajo el sol sería la pupila, tendría una franja de tierra alrededor con un clima más templado y que contaría con agua (propicio para la vida), lo cual vendría simulando el iris de un ojo.
Un planeta con estas condiciones no contaría con el ciclo día-noche al que estamos acostumbrados, ya que un lado de este se encontraría directamente bajo el sol y el otro en la oscuridad, con frío espacial. Estas temperaturas y condiciones extremas no suenan muy acogedoras, ¿verdad? De hecho, suenan resistibles. Es ahí donde nuestro juicio nos falla, pues aunque viviríamos en un ocaso perenne, al menos viviríamos.
Algo importante de estos planetas que da un poco de esperanza, es que tienden a variar dependiendo de donde están localizados y cómo es su proceso de rotación, lo que significa que tal vez existan versiones que tengan dos ‘globos oculares calientes’, lo que crearía un clima mucho más estabilizado entre hemisferios.
La mejor cualidad de estos curiosos planetas es el hecho de que son muy comunes, por tanto en caso de emergencia no sería tan difícil encontrar el camino a nuestro nuevo hogar, si contáramos con el medio de transporte para ese fin, ¡claro está!
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