La muerte tiene un poderoso atractivo para muchas personas, es algo parecido a asomarse a un abismo en el que inevitablemente caeremos. El conocimiento de todo lo que rodea a este hecho natural puede ayudar a aceptar que todos debemos morir. En Supercurioso nos hemos acercado a la visión de la muerte que tenían en la época victoriana y hemos visto 4 Increíbles fenómenos de los cuerpos incorruptos. En esta ocasión hemos indagado para encontrar una explicación científica a: ¿Por qué algunos cadáveres no se descomponen?
¿Por qué algunos cadáveres no se descomponen? La ciencia lo explica
Muchos arqueólogos se han encontrado en sus exploraciones, al abrir tumbas y ataúdes con siglos de antigüedad, que en algunas ocasiones en lugar de un esqueleto encuentran un cuerpo que permanece con la piel, los músculos e incluso algunos órganos. Suelen presentar un aspecto desagradable, pero asombrosamente intacto. Para la ciencia existen dos motivos para la conservación incorrupta de un cadáver: el primero implica causas naturales y el segundo la intervención humana (confesa o no). En el caso de los procesos naturales, suele producirse por desecación, por saponificación o por petrificación.
Si el ambiente es suficientemente seco puede producirse una momificación natural y espontanea por desecación y ésta impedirá que el cadáver se descomponga y se pudra. A la sequedad ambiental hay que unir el hecho de que no haya insectos, que el cuerpo tenga poca grasa y que de alguna manera tenga un medio interno que destruya las bacterias que producen la putrefacción. Si se dan todos estos parámetros puede hallarse un cuerpo que permanezca incorrupto por tiempo indefinido. Un lugar ideal para que se den estas condiciones es en las criptas de los monasterios, por eso no es extraño encontrar cuerpos incorruptos de santos.
En el segundo caso se requiere un ambiente estéril pero con cierta dosis de humedad. Los tejidos sufren una transformación conocida como «adipocira», saponificación o cera cadavérica. A partir de la grasa corporal, los tejidos se transforman en jabón o en una especie de cera. Este proceso empieza desde el exterior por lo que algunos órganos internos sí suelen pudrirse, pero lo que se conserva se mantiene con unas formas muy precisas.
El tercer caso es el de la petrificación. Es el caso de las conocidas «momias de los pantanos». Para que ocurra la petrificación es necesario que el cuerpo no esté en contacto con el oxígeno y que los espacios vacíos corporales se rellenen de sustancias minerales disueltas en el agua que impregna el terreno en que ha quedado el cadáver. Debido a esta infiltración el cuerpo se irá mineralizando y petrificando. La sustancia fosilizante suele ser el carbonato cálcico.
Además de estas tres maneras naturales por las que los cadáveres no se descomponen, existen muchos métodos ideados por el hombre que van desde la momificación en el Antiguo Egipto a la conservación de cuerpos como el de Lenin o el Papa Juan XXIII. Si quieres conocer más sobre las momias de los pantanos, te invitamos a leer el post: Descubre a las INQUIETANTES momias de ciénaga.
Imagen: