Gracias a la cultura mediática, especialmente la derivada del cine y la televisión, los asesinos en serie han llegado a ser vistos como elementos nocivos, aunque más o menos corrientes de nuestro mundo contemporáneo.
No es así, son más frecuentes en las sociedades anglosajonas que en otras, y en pueblos europeos o descendientes de éstos que en otros; e incluso en estas culturas el surgimiento de un asesino serial es un hecho raro, que todavía investigadores de diversas disciplinas intentan explicar.
Recordemos que un asesino en serie es aquel que comete tres o más asesinatos dejando un espacio de tiempo entre cada crimen y a veces utilizando un modus operandi característico o personal. Nuevos estudios apuntan a que en el surgimiento de un asesino serial tal vez haya además una influencia biológica, como podrás observar en las siguientes causas de por qué hay asesinos en serie.
¿Por qué hay Asesinos en serie? 4 posibles causas
1. Una investigadora forense de Chicago (Estados Unidos), la doctora Helen Morrison, realizó un estudio que abarcó 135 asesinos seriales, que incluyó entrevistas y, cuando fue posible, toma de muestras, encontrando algunas constantes sorprendentes. En un gran porcentaje se presentaron anomalías a nivel de cromosomas, como la presencia adicional de un cromosoma X o un cromosoma Y.
Esta anomalía podría actuar como un factor desencadenante de la conducta homicida. Claro, no basta esta anomalía para convertirte en un asesino serial, debe haber otros factores que te empujen por ese camino.
2. A esta anomalía estudiada por la doctora Morrison habría que agregar un necesario distanciamiento de los demás seres humanos para poder verlos como un depredador contempla a su presa, y algo parecido fue lo que consiguió el neurocientífico Jim Fallon, de la Universidad de Irvine, California, al estudiar la actividad cerebral de algunos criminales de esta clase.
Fallon detectó poca o casi ninguna actividad en la corteza orbital del cerebro, que es la zona relacionada con la ética y las decisiones morales. Esta baja actividad se reflejaría en conductas sociópatas e incapacidad para controlar los accesos de ira y el ejercicio de la violencia.
Sin embargo, debemos decir que esta baja actividad en la corteza orbital también puede estar presente en personas que llevan una vida normal y no sienten deseos de matar a otro ser humano de vez en cuando.
3. En el camino a convertirte en un asesino serial quizá haya que agregar la presencia del “gen guerrero”, también detectado por el doctor Fallon en varias personas con tendencias sociópatas. El gen MAO-A es llamado gen guerrero porque sus mutaciones o distorsiones están asociadas a trastornos de conducta y a un aumento en la agresividad, entre otras patologías.
Pero esta inclinación orgánica tampoco sería suficiente para convertirte en un ser oscuro, aún haría falta otro estímulo que vendría del mundo exterior. Un dato que alivia a los hijos de asesinos en serie, como Melissa Moore, que ya sufren suficientemente la terrible realidad que les ha caído en suerte.
4. Puedes tener una anomalía en los cromosomas, un “gen guerrero” mutante y poca actividad en la corteza orbital, pero no empezarás a asesinar seres humanos y a esconder cadáveres a menos que uno o varios factores externos actúen como detonantes.
Uno de estos factores, detectado en varios casos estudiados por Fallon, fue el de haber sido víctimas de abuso infantil. O el de haber sido víctimas de un grave trauma en la niñez.
Ciertamente, no basta la biología para explicar el surgimiento de un asesino en serie, hace falta también la presencia de la maldad humana, de esos ríos de violencia que atraviesan los lugares menos pensados de nuestra civilización, y que quizá en conjunto puedan explicar por qué hay asesinos en serie.
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