Las historias de fantasmas y de presencias inexplicables se han repetido a lo largo de la historia junto con otros sucesos que afectan a los seres humanos y que parecen pertenecer a la esfera paranormal. La ciencia desde hace decenios está tratando de explicar algunos de estos misterios desde una perspectiva racional. Las investigaciones llevadas a cabo por un grupo de científicos, financiados entre otros por la Fundación Nacional de la Ciencia Suiza, se centraron en tratar de explicar la sensación de una presencia fantasmal.
¿Has sentido una presencia fantasmal?
Seguro que alguna vez te ha ocurrido: tienes la sensación de que hay alguien o algo muy cerca, pero al mirar realmente no hay nadie. Esta sensación de una presencia cercana que no se ve es lo que ha dado lugar en muchas ocasiones a la creencia de que hay un fantasma. Uno de los casos más sorprendentes y recientes fue el explicado por Reinhold Messner al descender de la cima del Nanga Parbat, que es una de las diez montañas más altas del mundo. Messner explicó que durante el terrible y agotador descenso junto con su hermano, sintió que había un tercer escalador. No lo podía ver pero sentía su presencia y asegura que estaba ahí, justo fuera de su campo de visión, manteniéndose siempre a la misma distancia aunque no lo veía. Evidentemente no había nadie que los siguiese en la montaña. Los científicos llaman a este hecho «sensación de presencia» y en inglés responde a las siglas FoP.
Se han realizado múltiples investigaciones sobre este tema y se sabe que se da en pacientes psiquiátricos y neurológicos aunque se desconoce el origen exacto de la alteración. También se ha constatado que en personas sanas tiene que ver con períodos de agotamiento físico, que es el caso de los alpinistas antes descrito.
Finalmente, parece que la ciencia ha hallado la respuesta. Tiene que ver con una alteración de las sensaciones táctiles, motoras y de la percepción de uno mismo. Los científicos han definido las zonas del cerebro responsables de generar estas extrañas sensaciones. Al parecer el cerebro no es capaz de interpretar algunas señales que el cuerpo le manda y busca en el exterior el origen de estas.
Se realizaron varios experimentos en los que intervino un sistema robótico que creó conflictos sensomotores que indujeron «sensaciones de presencia» (FoP) en los voluntarios. Aunque no se sabe cómo se desencadena exactamente el fenómeno, se tiene constancia de que afecta a la zona tempoparietal, insular y especialmente la frontoparietal.
En definitiva, es nuestro propio cerebro el responsable de esta «sensación de presencia» o de que hay un fantasma cuando realmente no hay nada ni nadie. Malinterpretamos las señales del cuerpo y las atribuimos a algo externo. Estas investigaciones no son banales, sino que los científicos esperan que les sirvan de ayuda para avanzar en la comprensión del funcionamiento cerebral que produce las alucinaciones que sufren, por ejemplo, las personas afectadas por la esquizofrenia.
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