Un historiador alemán calculó que entre los siglos XV y XVII, alrededor de nueve millones de supuestas brujas fueron condenadas a morir en la hoguera. Sin duda, lograr sobrevivir en aquellos tiempos a los juicios a brujas en Europa era sumamente difícil, sobre todo porque cualquier actitud excéntrica o poco convencional podía ser relacionada de inmediato con la herejía o connivencia con el diablo, y las consecuencias eran terribles…
El problema no era sólo la ignorancia de quienes tenían el poder de castigar a quienes no encajaban con los cánones habituales -ya fuera por su físico, conocimientos o actitud-, sino también la crueldad con la que se castigaba esta diferencia. Una falta de humanidad que se ve claramente reflejada en la siguiente lista con las pruebas más crueles en los juicios a brujas en Europa que conocerás a continuación. ¡Verdaderamente macabras e inimaginables! Si el ser humano siempre fuera tan creativo como cuando se trata de provocar dolor, posiblemente la sociedad hubiera avanzado todavía más.
Algunas de las siguientes imágenes son susceptibles de perturbar al lector impresionable.
Juicios a brujas en Europa, 5 pruebas macabras
1. El estante
Según se ha rescatado en los registros históricos, Alemania fue el país que más brujas ejecutó en los famosos Juicios de brujas de Wurzburgo llevados a cabo entre 1626 y 1631. En promedio, 900 personas resultaron exterminadas en cinco largos años de persecuciones y torturas, a cargo del príncipe obispo Philipp Adolf von Ehrenberg. Era un hombre nefasto que no tenía piedad cuando de castigar a los herejes se trataba, ni siquiera con su familia. En uno de los tantos juicios fue juzgado su propio sobrino, 19 sacerdotes católicos y un grupo de muchachos de los cuales siete de ellos fueron declarados culpables por mantener relaciones sexuales con demonios.
Para dar con este veredicto, cada uno fue sometido a uno de los métodos más crueles de confesión que Alemania habría creado para entonces: el estante.
El estante consistía en un marco de hierro con rodillos de madera, posicionados en ambos extremos. Las manos irían atadas a un rodillo y los tobillos, al otro. Lo que hacía este terrible artefacto era halar las extremidades con una tensión insoportable. Entonces, la mayoría de los acusados terminaban dislocados o con las extremidades separadas por completo. Los chasquidos de sus propios huesos emitían un sonido tan espantoso, y el dolor era lo suficientemente insoportable como para declararse culpable sólo para acabar con el martirio.
2. El despertar de la bruja
Lo que los persecutores bautizaron como “el despertar de la bruja”, es otra de las pruebas brutales realizadas en los juicios a brujas en Europa. Surgió en Italia y luego fue adoptado en Escocia para torturar a almas inocentes con una muy vil privación del sueño.
¿Cómo lo hacían? La acusada llevaba un aro de hierro con cuatro dientes afilados fijados a la boca. Imagina ser sometido a tal dolor, con la boca desgarrándose, y estar atado a la pared sin poder recostarte… no hay forma de conciliar el sueño en esta situación.
Así la conservaban durante días, y si le vencía el cansancio, los encargados de vigilar a la bruja debían mantenerla despierta de la forma que fuera. En relación a esto, la ciencia moderna nos enseña que la privación del sueño es causante, entre otras cosas, de alucinaciones y comportamientos erráticos. Pero en el pasado, esta serie de manifestaciones eran señal de haber “despertado a la bruja”, por tanto la acusada debía ser estrangulada y quemada en la hoguera.
3. Inmersión
La inmersión era el método más utilizado y “confiable” en los juicios a brujas en Europa. Consistía en atar los tobillos y las muñecas de la acusada a un taburete, el cual se encontraba unido a una polea con la que sumergían la silla en el agua.
Con la inmersión sabrían que si la víctima era culpable, usaría sus poderes para flotar, entonces sería ejecutada por practicar la brujería. Si resultaba inocente, inevitablemente se hundiría hasta el fondo y moriría ahogada. Fatal, ¿no? Pero la lógica en los juicios a brujas en Europa reparaba que no habría que lamentar la pérdida de un alma inocente, pues esta viajaría al cielo, mejor destino que vivir siendo señalada como bruja, según su punto de vista.
4. El punzón de la bruja
En Escocia, punzar a una bruja era un trabajo sumamente rentable. Por ejemplo, si un trabajo convencional producía alrededor de un chelín, un punzón de bruja podía generar unos 6 euros por mujer. Con este interés de por medio, era de esperarse que esta clase de pruebas en los juicios a brujas en Europa fueron innumerables.
Las sospechosas eran desnudadas por hombres en un juicio público y afeitadas de pies a cabeza, para posteriormente ser perforadas, una y otra vez, con una aguja gruesa con la que buscarían la “marca del Diablo”. Tal como ocurría en otros casos, muchas de estas mujeres se confesaban culpables únicamente para acabar con la humillación, siendo la desnudez el peor agravio en esos tiempos, ya que en esa época se le tenía una alta estima a la modestia.
5. La búsqueda del «pezón del Diablo”
Se creía que las mascotas de las brujas se trataban en realidad de demonios encarnados en el cuerpo de un animal. Según esta leyenda, el Diablo les había otorgado un pezón adicional con el que alimentarían a las criaturas del infierno que habitaban en su morada. Por lo tanto, en los juicios a brujas en Europa buscaban cualquier marca de nacimiento inusual o lunares en las pieles de las presuntas hechiceras para acusarlas de brujería.
El castigo era aterrador. Uno de los casos más conocidos es el de Anna Pappenheimer de Baviera, quien fue torturada y obligada a admitir que sostuvo relaciones sexuales con el Diablo. Al confesarse culpable le amputaron los senos, los introdujeron en su boca y luego repitieron lo mismo con las bocas de sus tres hijos. Toda la familia fue condenada a morir en la hoguera. Imperdonable.
¿Conocías estas macabras formas de tortura ejecutadas en los juicios a brujas en Europa? En estos procesos también fueron ajusticiados supuestos brujos, sin embargo, por algún motivo, las mujeres fueron la mayoría de las víctimas. Ahora bien, nos gustaría conocer tu punto de vista. ¿Qué prueba te causó más asombro? ¡Esperamos tu comentario!