¿Es él o ella el elegido? Ya sabes, ese al que presentar a tus padres, con quién irte a vivir, formar una familia, aquel o aquella con quién te cases? En algún momento de cada relación, estas preguntas salen a la luz.

Investigadores de psicología también se están haciendo las mismas preguntas. ¿Hay signos reconocibles que puedan predecir hacia dónde se dirige una relación? ¿Cómo se sabe cómo una relación fluctúa con el tiempo? Un estudio recientemente publicado examinó esta cuestión mediante el seguimiento de cómo las relaciones evolucionaron con el tiempo a través de los propios sentidos cambiantes de la gente.

Trazando el curso del amor

Algunos días de tu relación puede que sientas que vais a ser felices para siempre, mientras que otros días sientes que ni seréis felices ni comeréis perdices. Los investigadores creen que en estas sensaciones se esconde la clave de si tu relación acabará en matrimonio o no.

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Si se pudiera trazar la historia de tu relación, ¿qué aspecto tendría? ¿Tal vez una línea recta ascendente que muestra el progreso constante? O tal vez una línea curva que demuestra que habéis pasado algunos baches por el camino? Es esta trayectoria la que pueden influir en cómo va a terminar tu historia.

En estudio reciente, el investigador Brian Ogolsky y sus colegas plantearon la hipótesis de que la forma en la que esta curva fluctua en los individuos podría predecir los resultados futuros de la relación. Para probar la idea, los entrevistadores usaron a 376 parejas de novios con los que crearon una línea en un gráfico sobre cómo sentían la probabilidad de matrimonio, así como de su evolución en el tiempo.

Los investigadores actualizarían las gráficas de los participantes a través de entrevistas cortas durante los siguientes nueve meses, desde el inicio del estudio. Durante las entrevistas se tratarían temas como pasar demasiado tiempo con los amigos, las peleas, o por el contrario, pasar mucho tiempo juntos y los elementos en común.

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Los investigadores analizaron los gráficos, observando cualquier crisis o momentos en los que las posibilidades de matrimonio disminuyeron. También examinaron los puntos de inflexión para ver si las cosas estaban escalando rápidamente, erosionando lentamente o cualquiera de las otras trayectorias que una relación puede tomar.

Tipos de compromiso en cuatro grupos

Los investigadores identificaron cuatro patrones de compromiso distintos:

1. Dramático (34% de la muestra)

Este grupo tenía un tipo de relación «arriba y abajo», con más crisis y cambios más pronunciados en el compromiso que otros grupos. Estos individuos pasaban más tiempo separados y tenían peores opiniones de la relación.

2. Socio-centrado (30% de la muestra)

Este grupo tenía la idea de que «mi compañero es el centro de mi universo», gran enfoque de compromiso y experimentó muy pocos descensos. Sus cambios en el compromiso coincidían con la cantidad de tiempo que podían pasar juntos.

3. Socialmente involucrado (19% de la muestra)

Este grupo experimentó muy poca variabilidad, y menos caídas que el grupo dramático. Cuando se produjeron cambios, fueron determinados en gran medida por la cantidad de interacción con su red social, afectados por lo que sus amigos y familiares pensaban de la relación.

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4. Conflictiva (12% de la muestra)

Al igual que el grupo dramático, este grupo tenía un gran número de recesiones. Pero los tamaños de los cambios no eran tan elevados. Los que estaban en este grupo también informaron de un menor número de cosas positivas que decir acerca de la relación que los del grupo socio-centrado, y menos apoyo de familiares y amigos que el grupo socialmente involucrado.

¿Así que está condenada mi relación?

Estas cuatro categorías ordenadas tienen sin duda un atractivo intuitivo. Sin embargo, la clasificación es la simplificación. Nuestras relaciones y experiencias psicológicas son complejas de una forma que desafía las categorías o grupos básicos; cada relación no puede encajar perfectamente dentro de estas cuatro categorías. No obstante, éstas proporcionan un solo marco para entender el progreso de las relaciones.

Los individuos en el grupo dramático tenían más del doble de probabilidades de romper que cualquiera de los otros tres grupos. Aquellos en el grupo socio-centrado eran más propensos a tener un progreso en la relación (por ejemplo, el avance de lo casual a las citas serias) que aquellos en el grupo dramático. También el grupo conflictivo tenía más probabilidades de mantener su estado civil estable en comparación con el grupo dramático.

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En conjunto, estos resultados sugieren que es bueno ser socio-centrado, pero no dramático. En otras palabras, los que con frecuencia experimentan importantes fluctuaciones en su compromiso deberían tener preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de la relación.

En cualquier caso las relaciones se mueven a pasos y patrones diferentes. Esta investigación solo demuestra que a veces la trayectoria del pasado de tu relación, puede ofrecer una visión de su futuro.

¡No te pierdas este artículo sobre la edad ideal para contraer matrimonio! ¿Te toca ya?