Hace unos años una leyenda urbana circuló por EE.UU.: los «hot dogs», perritos calientes, mataban cada año a 70 niños en ese país. Este dato, que no eran cierto en absoluto, se basaba en la errónea interpretación de una información difundida por  la Academia Americana de Pediatría. Entonces, realmente ¿puede matar un «hot dog»?

¿Puede matar un «hot dog»?

La realidad es que en un estudio realizado en 41 estados durante 3 años, analizando las muertes por asfixia de menores de 10 años, el 17% de éstas lo fueron debido a una salchicha. En número reales son 16 muertes; unas 5 por año. Realmente un «hot dog» puede matar, la salchicha es cilíndrica y puede quedar atascada en la tráquea obstruyendo los bronquios y resultar fatal, aunque hay que señalar, para no ser alarmistas, que este tipo de atragantamiento es muy raro y ocurre casi exclusivamente en niños muy pequeños. La alarma que se creó demonizó los perritos calientes y muchas empresas hacen constar desde entonces en sus envases que existe peligro de asfixia. Lo que sí que es una tragedia es la cantidad de muertes anuales de niños por atragantamiento, y no sólo por salchichas. Los alimentos que presentan más peligro de ahogamiento para los niños son los frutos secos, las zanahorias, las manzanas, la carne, las palomitas y los caramelos.

¿Puede matar un "hot dog"?

Es importante saber qué es lo que hay que hacer en caso de atragantamiento con peligro de asfixia. Si hay tos, esto quiere decir que circula el aire y hay que seguir tosiendo para expulsar el alimento que ha quedado atascado. En caso de que se hayan obstruido completamente las vías respiratorias, hay que despejarlas antes 4 minutos. En adultos, la Cruz Roja aconseja efectuar la Maniobra de Heimlich, acompañada por palmadas enérgicas en la espalda con la palma de la mano abierta para desobstruir. Si queréis saber como hay que actuar, si el problema se presenta con un niño pequeño, aquí dejamos un enlace a la web de masquepadres que lo explica.

¿Puede matar un "hot dog"?

Entre los personajes históricos que murieron por atragantamiento encontramos a Paulo II, que se asfixió comiendo melón, o Agatocles, el Tirano de Siracusa, murió atragantado por un palillo. Actualmente, en los noticiarios a menudo se hacen eco de casos de fallecimiento por asfixia al ingerir algún alimento. Entre estos incidentes son especialmente trágicos el de la mujer madrileña de 72 años que murió la Nochevieja de 1995 atragantándose con las 12 uvas o el del dentista de Lima que murió en la calle, sin que nadie le ayudase, al asfixiarse comiendo un bocadillo de hamburguesa.

¿Puede matar un "hot dog"?

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Imágenes: Olek Remesz, Amanda M. Woodhead