Todavía está muy extendida la creencia de que los niños con problemas de conducta y trastornos que los hacen muy agresivos no podrán cambiar del todo. Si eres de los que piensan así esta historia te hará cambiar de idea.
¿Qué fue de la niña psicópata que impactó en los años 90?
En 1992 la cadena de televisión estadounidense HBO, en conjunto con el Comité Nacional para la Prevención del Abuso Infantil (Estados Unidos) transmitió un vídeo que conmovió de un modo particularmente perturbador. El documental se llamaba Hijos de la ira. Una historia de abusos y giraba en torno a una entrevista realizada a la niña Beth Thomas por el psicólogo clínico infantil Ken Magid, aunque también intervienen los padres adoptivos y otra terapeuta.
Beth, de apenas 6 años, responde a las preguntas del psicólogo con una sinceridad apabullante, y en ella reconoce que maltrató y trató de matar a su hermano menor y que, de haber podido, hubiera matado a cuchilladas a sus padres adoptivos.
Beth y su hermano fueron adoptados siendo muy pequeños por un pastor bautista y su esposa, que fueron descubriendo poco a poco la terrible historia de abuso sexual y abandono a la que habían estado sometidos los niños por parte de su padre biológico (la madre había muerto un año después del nacimiento de Beth).
A pesar del cariño y la atención de sus nuevos padres, la conducta sociópata de la niña fue empeorando: no cesaba de violentar y maltratar a su hermanito, a las mascotas y a cualquier animal que se pusiese a su alcance; y debido a su actitud los padres optaron por encerrarla con llave en su habitación para evitar más ataques a su hermano, y a ellos mismos.
La entrevista fue realizada a mediados de los ochenta y la conclusión del psicólogo es que la niña sufría de lo que hoy se conoce como trastorno de vinculación reactivo, en una fase muy severa porque Beth también había sido sometida a abusos extremos.
Este trastorno se produce cuando los niños han sido objeto de abuso y diferentes maltratos en sus primeros años, por parte de aquellos que deberían ser sus principales protectores, los padres. La víctima es incapaz posteriormente de desarrollar lazos afectivos y de sentir remordimientos cuando hace algo malo.
Eventualmente el psicólogo que la trataba recomendó enviarla a un centro para recuperación de niños problemáticos, donde estableció una relación tan estrecha con la terapeuta que ésta terminó adoptándola.
La combinación de amor y disciplina fue haciendo de Beth una adolescente menos agresiva, que comenzó a diferenciar el bien del mal y a tener una mejor relación con los otros. Y hoy en día es una exitosa enfermera neonatal, que se hizo acreedora en 2010 a un premio por excelencia profesional.
Beth es considerada por colegas y amigos como una persona humilde, increíblemente capaz para solucionar conflictos, y actualmente dedica parte de su tiempo a promover terapias de apego y métodos de crianza a través de cursos y charlas.
Los niños afectados por este trastorno no siempre presentan síntomas tan extremos como los de Beth, pero es probable que conozcas algún niño afectado por él, pues el abuso y el maltrato infantil están más extendidos en el mundo de lo que nos gustaría saber.
Es una historia con un buen final, pero hay millones que no terminan así. Nuestros niños deberían ser tratados con el mayor de los cuidados y el amor más grande, pero sabemos que desgraciadamente no es así. Beth es la prueba de que el amor, aunado al establecimiento de límites, es la mejor medicina. Pese a los rasgos trágicos esta paciente pudo sanar, y eso siempre significa que no debemos perder la esperanza.
Te dejamos con la entrevista impactante a la Beth de 6 años:
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Imágenes: Wikipedia