Normas, leyes… Reglas impuestas por la sociedad para establecer un orden cívico donde podamos convivir en paz, en mutuo respeto y equilibrio. Bien es cierto que, en ocasiones, nos es difícil comprender muchas de ellas, puede que hasta te rebeles de una vez ante algunas de estas reglas porque no las ves justas, porque no las entiendes.

Pero hay normas que encierran también un sentido moral. Y es ahí donde, verdaderamente, se establece un límite entre lo que es respeto y lo que no lo es. La persona con un trastorno de personalidad antisocial, en ocasiones, no percibe esta linea divisora y es capaz de atentar contra sus semejantes, vulnerando su respeto, su integridad. Y ahí reside el problema.

Una vez más, y como siempre señalamos a la hora de hablar de trastornos psiquiátricos, hay diferentes grados de intensidad. Cuando hablamos de un trastorno antisocial de la personalidad no estamos hablando exclusivamente de sociópatas o de personas con claras conductas criminales. En absoluto.

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Hay un espectro muy amplio, no hay duda, pero cuando hablamos de desórdenes de la personalidad nos estamos refiriendo a perfiles donde ya hay problemas serios de conducta: no solo se causa daño a terceras personas, sino que el propio paciente, es incapaz de sentirse bien consigo mismo de llevar una vida normal. Hay frustración, falta de autoestima y en ocasiones, otros problemas psiquiátricos asociados.

Analicemos hoy esta interesante personalidad.

Posible origen del trastorno de la personalidad antisocial

Tal vez recuerdes a Alex DeLarge, el protagonista de «La naranja mecánica». Su comportamiento tiene como esencia un claro trastorno antisocial de la personalidad, en su carácter vemos claramente varios rasgos que lo podrían definir: Imposibilidad de adaptarse a las normas sociales, violencia, conducta desafiante, personalidad deshonesta…

Ahora bien, si ahondamos un poco más en el personaje veremos cosas aún más interesantes. Su personalidad, también está muy ligada a su imagen y a lo que desea representar, y ahí se ensalzan otros desafíos a la sociedad. El color blanco de su ropa, un blanco virginal que culturalmente se asocia a la bondad y la pureza, en esta ocasión, va unido a la violencia. Pensemos también ese bombín que nos hace recordar a Charles Chaplín, junto a un bastón que, lejos de hacernos sonreír, asoma un puñal con el que agredir. Y qué decir de ese ojo maquillado, que en términos psicoanalíticos, se asocia a la propia sociedad, a la cultura y al artificio, mientras que el otro ojo desnudo, trae la esencia del auténtico «yo».

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El personaje de Alex simboliza la caída del ser humano social, pero que a su vez, es víctima de ella. ¿Podríamos decir entonces que las personas antisociales son producto de una sociedad donde no encajan? Si buscamos el origen de este trastorno, médicos y psiquiatras nos indican que la mayoría de las veces el factor «entorno» está ahí. Familias que no han sabido educar con los valores adecuados a sus hijos, hogares desestructurados e incluso violentos, que propician este tipo de reacciones. Aunque no siempre es así, de ahí que también se hable de «factores genéticos», es decir, podríamos decir que un 40% podría deberse a la genética, y el otro tanto por cien, a un entorno personal capaz de favorecer este tipo de reacciones antisociales, que pueden llegar a la violencia.

¿Cómo identificar a una persona con personalidad antisocial?

  • Los rasgos de una persona con un trastorno antisocial de la personalidad, suele aparecer a edades muy tempranas. Con 4 años ya puede manifestarse esa obstinación a obedecer y a desafiar la autoridad materna y paterna. Por lo general es, muy patente ya entre los 4 y los 15 años.
  • Suelen presentar un carácter muy inestable, a instantes se muestran llenos de alegría como al momento, entran en un desánimo muy profundo. Suelen tener además episodios de mucha ira y rabia, ahí donde no dudan en insultar e incluso en agredir. La violencia, poco a poco, se puede convertir en un recurso habitual.
  • Les gusta cometer excesos, ir al límite, desafiar la autoridad y además, vanagloriarse de ello. Es muy complicado hacerles entrar en razón, y cuando lo conseguimos, muestran cierto victimismo. En su interior, se sienten muy incomprendidos por todos los que les rodean.
  • A instantes aparecen como personas muy joviales e incluso atractivas. De ahí que puedan tener numerosas amistades y establecer relaciones afectivas. Pero poco a poco irán perdiéndolos por sus reacciones egoístas, sus enfados y reacciones violentas. O porque simplemente, «se aburren y desean experimentar cosas nuevas». No saben compartir, no empatizan, no sienten cercanía más que por ellos mismos.
  • Utilizan muy a menudo el recurso de la mentira. Y si bien es común que cometan infracciones y algún delito, no todas las personas con una personalidad antisocial tienen por qué llegar a cometer actos violencia extrema. Como decimos, hay diferentes grados. Hay un espectro muy amplio dentro de todos los problemas psiquiátricos y de personalidad.

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Es, sin lugar a dudas un tipo de personalidad muy problemática, y no solo para ellos mismos, sino para sus familiares o quienes estén a su alrededor. No se trata únicamente de reaccionar frente a una sociedad o unas normas establecidas, algo que todos podríamos comprender. El principal problema del trastorno de la personalidad antisocial, es el hecho de causar daños, es usar en ocasiones la violencia como lenguaje, y es también, la incapacidad de empatizar con aquellos que le rodean. Causando dolor a quienes se ama, e incluso a ellos mismos.

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