Como habrás notado, en Supercurioso nos interesan mucho los temas que tienen que ver con las maravillas que nos ofrece el cerebro, tanto desde el punto de vista funcional (todo lo que hace por nosotros) como desde el de las investigaciones (todo lo que podemos aprender sobre él).

En esta ocasión, hablaremos del proceso que “sufre” nuestro cerebro cuando se nos prende la bombilla, cuando nos surge una idea genial.

¿No te ha ocurrido que estás atascado en la escritura de un informe para la universidad, o tienes un problema peliagudo al que no le encuentras solución, o no hallas cómo enfocarlo? A muchos nos ha pasado, y de pronto, haciendo cosas que suelen no tener relación con la dificultad que nos detiene, ¡pum!, se nos ilumina la mente, encontramos la manera de resolver aquello que creíamos insoluble.

bombilla idea

La expresión “iluminar la mente” es completamente apropiada, pues el proceso creativo empieza con la sensación de frustración por no poder encontrar soluciones, y luego hay como un «chispazo». Podría ser lo que los religiosos llaman epifanías, momentos de revelación. ¿Y qué le pasa a nuestro cerebro cuando tenemos una epifanía, una revelación, una idea brillante?

El cerebro profundo

Dos científicos han tratado de responder a esta pregunta desde hace al menos dos décadas, John Kounios (Universidad de Drexel) y Mark Beeman (Universidad Northwestern). Analizaron muchísimas resonancias magnéticas funcionales (fMRI) y múltiples electroencefalogramas, y descubrieron algo revelador: la actividad cerebral vinculada al procesamiento visual se apaga 300 milisegundos antes de que se “encienda la bombilla”, justo antes de tener la revelación. Lo que les indica que se trata de un momento profundamente introspectivo.

Las bondades del pensamiento lateral

Estos datos son reveladores en más de un sentido, pues de acuerdo con estos investigadores, las funciones cerebrales que acompañan a “la bombilla” son muy distintas a las que trabajan cuando buscamos soluciones de formas más metódicas.

Es decir, hay dos maneras de resolver problemas: la mayoría de la gente lo hace mediante procesos analíticos, elaborando hipótesis y probando a pequeños pasos el camino de la conclusión. En otras personas predomina la intuición, en ellas la idea está dando vueltas en su cabeza pero su atención está dispersa, se concentran en todo y en nada, hasta que de pronto… ocurre el milagro, el momento ¡Eureka!

Proceso asociativo
Proceso asociativo

Fisiológicamente, ocurre un estallido de actividad en el lóbulo temporal derecho, justo encima del oído, y esta área del cerebro es la que asocia elementos muy alejados en el tiempo y el espacio. Claro que este proceso no es sólo de unos pocos privilegiados, todos nacemos siendo creativos, capacidad que se va perdiendo con la edad, con la educación y con sistemas de creencias y patrones de comportamiento. Y lo mejor: podemos mejorar y aumentar esa capacidad con entrenamiento cerebral.

Con técnicas de neuroimagen, han podido observar más actividad de los ganglios basales, que son el conjunto de estructuras neuronales ubicadas en la base del cerebro; estas estructuras son importantísimas para coordinar el movimiento y el control cognitivo.

cerebro

Para los expertos, la clave está en el razonamiento disruptivo, que es la base del pensamiento lateral, es decir, lo que en psicología se refiere a tomar caminos alternativos no habituales. Es lo que nos permite huir de la lógica y enfrentar retos de manera distinta… es romper con la rutina.

Cuando nos planteamos las cosas desde otra perspectiva, cuando nos acostumbramos al pensamiento lateral, estamos ejercitando la habilidad de conectar cosas aparentemente disímiles. Y otro elemento importante en esta ecuación: hay que darle a la mente actividades placenteras, pues cuando esto sucede, cuando ella se siente a gusto las ondas alfa surgidas del hemisferio derecho se extienden por toda la masa gris, facilitando por tanto las asociaciones remotas.

Tal como lo expone Luis Miguel Martínez Otero, director del grupo Neurociencias Visuales del Instituto de Neurociencias de Alicante, España:

“Los insights o iluminaciones se asocian con momentos en los que hay un cambio en la actividad alfa y la concentración está difusa. Esto suele suceder en individuos que tienden a encontrar soluciones de manera espontánea. Es curioso, porque los magos intentan con sus trucos que focalicemos mucho nuestra atención para que nos resulte más difícil resolver el problema”.

Sin duda, aún nos falta mucho por comprender cómo funciona esa máquina maravillosa que es nuestro cerebro. Y tú, ¿eres de los que tiene epifanías, o eres de los metódicos? Quédate con nosotros un rato más leyendo lo que le pasa al cerebro cuando estamos en coma.