Hay muchas especies del reino animal que, producto del cambio climático, de la contaminación o diversos factores, han desaparecido. El rinoceronte negro de África, la tortuga gigante de Pinta y el tigre de Tasmania son algunos ejemplos. Otras especies como el oso panda, el oso polar o el rinoceronte blanco, están en peligro de extinción. La desaparición de cualquier ser del reino animal, es un hecho lamentable y que afecta el ecosistema del planeta. Pero, ¿te has puesto a pensar en qué pasaría si desaparecen las abejas? En diversos foros ambientalistas se ha afirmado que si las abejas desaparecen, la vida humana resistiría sólo cuatro años.
Es un hecho que la población mundial de abejas ha venido reduciéndose en algunos continentes a pasos agigantados durante los últimos años. Las abejas aportan de manera significativa en el equilibrio de la vida en la tierra. Esto es básicamente porque una tercera parte de los alimentos que consumimos los seres humanos, son polinizados por insectos, especialmente por abejas. De allí radica la importancia de protegerlas.
Dicho en palabras más simples, sin abejas no hay polinización, y sin ésta no se pueden reproducir las plantas. Si las plantas no siguen creciendo, nuestra cadena alimenticia y biodiversidad empieza a fragmentarse, e incluso el planeta produciría menos oxígeno. Es por esto que al pensar en qué pasaría si desaparecen las abejas, las alarmas del mundo se encienden. Acompáñanos en Supercurioso a descubrir si es una realidad la teoría de que las abejas desaparecen, los riesgos y problemas que esto implicaría, y qué medidas podríamos tomar para evitar que esto suceda.
¿Qué pasaría si desaparecen las abejas? ¿Se acabaría el mundo?
En el mundo existen veinte mil especies de abejas, y son el insecto más importante para el proceso de polinización. Otros, como las hormigas, polillas e incluso los murciélagos, también polinizan las plantas, pero las abejas lo hacen en una proporción ampliamente mayoritaria: un 75%. En una colmena, cada insecto cumple una función, por lo que el cuidado de toda la colmena, todo lo que involucre el hábitat natural de este insecto, resulta fundamental. Los tipos de abejas básicos son los siguientes:
-La abeja reina: Es la que pone los huevos que constituirán una nueva generación de abejas.
-Las abejas obreras: son las hembras no desarrolladas sexualmente, y se encargan de buscar el alimento (polen y néctar de las flores), construyen la colmena y la protegen, limpian, hacen correr el aire batiendo sus alas. Son el mayor grupo de polinizadoras.
-Los zánganos: Los zánganos son la tercera casta de las colmenas, y son machos.
Ahora bien, ¿qué pasaría si desaparecieran las abejas? Esto tendría un impacto directo y garrafal en la alimentación humana. Según datos de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas, (FAO), son solo 100 especies de cultivos los que proporcionan el 90% de los alimentos de todo el mundo. De estos, un total de 71 son polinizados por las abejas. De esto puede desprenderse que si las abejas desaparecen, en un plazo relativamente corto se acabarían las plantas, las frutas, las verduras, y por tanto, la sustentabilidad de la vida en la tierra.
¡Así es! Tan increíble y maravilloso es nuestro ecosistema, que un insecto tan pequeño y que muchas veces pasa desapercibido, tiene la función de mantener el equilibrio de las plantas que nos proporcionan alimento. Al tener en claro su importancia, se hace aún más vital tomar conciencia y acciones sobre la problemática que las aqueja, y es que, por citar un ejemplo, solamente en Estados Unidos, en el año 2012 (considerado uno de los peores años de la especie), se redujo la población de abejas en un 60%, muy por encima del 5% a 10% habitual después de la temporada de invierno. Datos como este encienden las alarmas de los proteccionistas y del mundo entero, ante lo vital que resulta preservar la especie.
¿Qué está afectando a las abejas?
Cuando analizamos qué pasaría si desaparecen las abejas, se hace indispensable evaluar las causas que están fomentando la disminución de su población. Entre los años 2010 y 2016, el número de colmenas de abejas se redujo en un 25% a escala mundial, y esto es generado por cuatro factores fundamentales: el cambio climático, la agricultura intensiva, los plaguicidas y la contaminación ambiental.
Todas estas acciones, provocadas en mayor o menor medida por el hombre, hacen que la tesis de que las abejas desaparecen, cobre cada día más fuerza. Alemania y Francia han sido los primeros en denunciar esta realidad, poniendo en evidencia que hay zonas en las que han desaparecido por completo dos terceras partes de las abejas, y que tras analizar sus cuerpos se ha descubierto que todas tenían una increíble acumulación de un pesticida llamado clothianidin. Esto ha hecho que estos países prohíban la comercialización de ocho pesticidas que causan la muerte masiva de millones de abejas.
En otros lugares, como Australia, se denuncia que las colmenas están quedando repentinamente vacías. Muchas especies de flores están desapareciendo porque no son polinizadas, y si las abejas se extinguen, esta realidad sería mucho peor. La sola disminución de la población en esta región, ha logrado la silenciosa desaparición de muchas especies de flora y fauna, así como graves pérdidas económicas debido a la imposibilidad de cultivar ciertos productos donde es básica la polinización.
¿Cómo podemos ayudar y prevenir su desaparición?
Entonces, lo que pasaría si las abejas desaparecen, sería que la vida en el planeta se encontraría en serios problemas. Entre las curiosidades sobre las abejas, destacan algunas realmente fantásticas, como que son el único insecto que, además de polinizar, produce un alimento para el consumo humano: la miel. A lo largo de toda su vida, una abeja sólo logra producir la doceava parte de una cucharadita de miel, así que, como en los grandes ejércitos, el poder de las abejas radica en la fuerza de su colmena.
Como han sido las acciones humanas las que han llevado a la especie al peligro de desaparecer, han de ser éstas mismas acciones las que recompongan el problema, ayudando a las abejas a preservarse y a que su población aumente. Medidas sencillas usadas de forma masiva, podrían tener un impacto positivo importante para las abejas. Colocar plantas abundantemente en el hogar, no usar químico e insecticidas, o practicar la apicultura, son algunas de las medidas que todos podemos tomar, y que ayudarían a garantizar la preservación de esta importante especie.