El juego es una de las actividades más positivas que puede hacer el ser humano. Junto con el deporte o la lectura, contribuye en gran medida a nuestro bienestar. Y es que, al tratarse de una actividad que genera placer, nos ayuda a liberar las hormonas del bienestar.

Igualmente, despierta nuestra creatividad, habilidades motoras, fomenta la interacción social en positivo e incluso ayuda a mejorar nuestro humor. Y para jugar, las alternativas son infinitas. Desde las muñecas o las pelotas de la infancia, hasta los casinos virtuales o los videojuegos de la adultez… Si estás en el grupo de los adultos, consigue tus bonus VIP y diviértete a lo grande con los juegos más entretenidos.

Y es que existen juegos para entrenar nuestro cuerpo y mente. Los físicos nos ayudan a ponernos en movimiento y a hacer amigos y equipos. Los mentales fomentan la concentración, el pensamiento estratégico e incluso la paciencia. A continuación te contamos cuáles son las cosas que suceden en nuestro cerebro, cuando nos dedicamos por un rato al placer de jugar.

6 cosas que pasan en nuestro cerebro cuando jugamos

1. Segregamos hormonas de felicidad

¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando jugamos?

Lo primero que ocurre en el cerebro cuando jugamos, es que asociamos el momento al disfrute, al placer. Entonces, empezamos a generar hormonas que despiertan sensaciones positivas. La primera es la serotonina, que se encarga de regular nuestro estado de ánimo y reducir el estrés.

También segregamos acetilcolina, que favorece la concentración y la memoria. Se promueve la generación de endorfinas, que reducen la tensión y nos aportan calma. Y por último, también se genera dopamina, que estimula nuestros músculos y también la imaginación y la construcción de imágenes.

2. Mejora en el rendimiento intelectual

Sí. Aunque te parezca que jugar no es más que pasar tiempo libre entreteniéndonos, pues también representa una inversión en nuestro crecimiento intelectual. De hecho, las personas, niños y adultos, que juegan con frecuencia, reportan mejores capacidades de planificación y de memoria de trabajo. Incluso, hay estudios que revelan que las personas que juegan videojuegos con frecuencia, pueden incluso aumentar su materia gris. Ello se traduce en una mejor capacidad de memoria y de aprendizaje.

3. Mejora de las capacidades motoras

 

En concreto, cuando hablamos de juegos que involucran el cuerpo, ejercicios físicos, tenemos una gran mejora en el desarrollo de las habilidades motoras. Carreras, saltos, las escondidas, paint ball… cualquier tipo de juego que nos ponga en movimiento, va a fomentar nuestro aprendizaje motor y el procesamiento de la memoria procedimental.

Nos ayudará a regular de manera más precisa los movimientos voluntarios, su dirección, amplitud o intensidad. También activa nuestros movimientos oculares y la focalización de la atención en un objetivo. Por último, jugar también estimula nuestra conducta motivada, nuestras acciones que se focalizan en conseguir un objetivo o una recompensa.

4. Evoluciona la toma de decisiones

Otro de los elementos que se modifican a medida que sumamos el juego como parte de nuestras dinámicas regulares, es la toma de decisiones. Sea que estemos en mitad de un videojuego, quizás en una partida de póker, o en un juego de fútbol en mitad de la cancha, cuando jugamos nos vemos en la obligación de tomar decisiones de forma rápida y efectiva.

Debemos de movernos en función de una acción inmediata, que va a cambiar el curso de la partida, definiéndola en un sentido o en otro. Es, pues, una excelente herramienta para ayudarnos a entrenar la toma de decisiones, y aplicarla luego a nuestra vida diaria.

5. Se retrasa el envejecimiento cerebral

Y entre los sucesos más interesantes que ocurren en nuestro cerebro cuando jugamos de manera regular, se cuenta el hecho de que se retrasa el envejecimiento cerebral, en concreto cuando jugamos videojuegos.

De hecho, los estímulos que estos mundos virtuales generan en el cerebro humano, son ideales para alargar la vida de las neuronas. Tan es así, que incluso se han diseñado videojuegos especiales para personas de la tercera edad y para personas con Alzheimer. Éstos fomentan la memoria, la atención y el desempeño de acciones sencillas. Incluso, en el caso de los pacientes con esta enfermedad, se retrasa la evolución de la misma, al tiempo que mejoran su estado de ánimo.

6. Construcción de comunidades y relaciones

Los juegos son vistos desde múltiples perspectivas. Los físicos, o incluso los juegos de mesa, tienden a fomentar las relaciones sociales. Los videojuegos tradicionalmente se vincularon con personalidades alejadas o ermitañas, pero la realidad es que no es así. Tanto los juegos físicos tradicionales como los virtuales, ayudan en la construcción de relaciones.

En el caso más estrecho, sirven para fomentar vínculos. Es, por ejemplo, lo que vemos cuando un padre juega con su hijo, o un par de hermanos juegan entre sí.

Pero a un nivel más macro, más social y menos focalizado en el entorno familiar, los juegos ayudan a construir comunidades. Las personas se reúnen en torno a gustos, a intereses, a las cosas que tienen en común. Se pueden crear entonces lazos de amistad que se mantienen en el tiempo.

En definitiva, jugar es una de las mejores actividades que podemos hacer. Una partida de póker o de cartas virtual, un videojuego, una partida de ajedrez, una tarde de carreras, un partido de fútbol…

Sean cuales sean nuestros intereses, jugar nos ayudará a sentirnos más felices, con mejores vínculos sociales, y a tener en líneas generales un mejor desempeño físico y mental. Y tu ¿Sueles jugar con frecuencia? ¿Cuáles son tus juegos favoritos? Anímate a dejarnos todas tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!