La grandeza y genialidad de ciertos personajes, ya sean más históricos o contemporáneos, suscita un inevitable interés en sus vidas desde lo más destacable a lo más insignificante simplemente por ser quienes son. Así pasamos por alto otras vidas más anónimas, pero no por ello menos admirables y curiosas. Por eso, hoy hablaremos de Caterina Campodonico una mujer humilde como cualquiera que conseguía asistir gratis a los estrenos de Verdi.

¿Quién era Caterina Campodonico, la mujer que asistía gratis a los estrenos de Verdi?

Caterina Campodonico fue una “canastera italiana”, nacida en Génova, Liguria, una mujer muy adelantada para su tiempo pues rompió todas las reglas socioculturales establecidas para las mujeres del siglo XIX: matrimonio, casa e hijos. Caterina fue una mujer independiente que se dedicó toda su vida a la venta ambulante por los mercadillos, verbenas y fiestas, tanto de su ciudad como de otras más lejanas. Actividad que realizaba completamente sola, pues aunque se casó muy joven con Giovanni Carpi y más pronto aún se divorció de él, por ser éste un hombre vago y bebedor. Al ser Caterina la que abandona el hogar familiar se la condena a indemnizar a su esposo con la cifra de 3000 francos, toda una fortuna para la época.

 

Para acumular una suma tan elevada Caterina tuvo que intensificar su labor, llevando su dulce puestecillo por las grandes ciudades del bajo Piamonte como Milán. Allí vendía los “resti”, unos collarcitos de avellanas hechos a mano, que traían suerte en el amor, además de los típicos “canestrelli liguri”, unas galletas de pasta frola con forma de margarita cubiertas de azúcar glasé, y otros frutos secos como las castañas. Así fue como conoció al célebre compositor que, en sus años de estudiante, solía pararse en su humilde puestecillo y dejarse regalar las castañas que tanto le gustaban.

¿Quién era Caterina Campodonico, la mujer que asistía gratis a los estrenos de Verdi?

Años más tarde cuando aquel estudiante se convirtió en un famoso compositor, que representaba sus obras en la mismísima Scala de Milán, le devolvió el favor a aquella humilde “canastera” invitándola a ver sus estrenos en primera fila. Era así como Caterina Campodonico asistía gratis a la ópera. Claro que los motivos que la llevaban a ocupar tan prestigioso asiento en la Scala no eran conocido por muchos, ni siquiera por sus más estrechos familiares quienes la criticaban por no entender su estilo de vida bohemio y solitario que le permitía disfrutar de tales lujos.

¿Quién era Caterina Campodonico, la mujer que asistía gratis a los estrenos de Verdi?

Estos mismos familiares que tanto la criticaban, no dudaban en acercarse a “la lalla ricca”, tía rica, para aprovecharse de su buena voluntad y cuando ésta cayó enferma no esperaron ni siquiera al funeral para pelearse por la herencia, poniéndose en evidencia el puro interés que le profesaban. Por lo que Cateriana, que al final venció a la enfermedad, decidió gastar todo lo que tenía, y lo que no, en encargar al escultor Lorenzo Orengo un monumento fúnebre que la recordase para la posteridad. Dejando así sin herencia a todos sus familiares.

Espero que esta historia os haya gustado tanto como a mi, escribidnos vuestras opiniones.

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