Los bebés al nacer tienen los ojos muy abiertos, como si desearan captar todo el mundo de una sola vez, con ansias e inmensa curiosidad ante aquello tan nuevo, que aparece ante ellos por primera vez. Sin embargo, lo que pueden ver en esos instantes, es más bien poco. Te lo explicamos…

¿Cómo ven el mundo los recién nacidos?

¿Te lo has preguntado alguna vez? Los bebés, cuando llegan al mundo parecen observarnos con sus ojos inmensos y llenos de vida, como si desearan aprenderlo todo en un solo instante. Pero ¿cómo ven realmente? ¿Pueden ver a su padre y a su madre tal y como son de verdad? Te lo explicamos a continuación.

Sabemos que los bebés reaccionan ante la luz, que les molesta al igual que nosotros. Que sus pupilas se dilatan y se contraen cuando son o no son iluminadas… hasta ahí todo normal. Un dato interesante a tener en cuenta es que el primer estímulo visual que van a tener los recién nacidos, es, cómo no, el rostro de su madre.

Y lo asociará a un sinfín de sensaciones placenteras: su voz, su tacto, las caricias, ella quién sacie su hambre con la leche materna, ella quien se instaure como esa persona de referencia en sus primeros meses de vida… Se dice también que los primeros días solo ven con claridad objetos o personas que están a no más de una distancia de unos 30 centímetros. Que discriminan entre escalas de grises, pero no es hasta las dos semanas cuando diferencia los colores.

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A las tres semanas tendrá interés por los objetos alargados  y con llamativas tonalidades. Poco a poco su atención se centrará en especial en esas caras humanas que lo rodean y que le hablan en un idioma extraño entre arrullos y piropos. Querrá tocarlos y se fijará en especial, en la zona que rodea los ojos. Brillan más. Se mueven más… expresan más.

Un dato interesante: ¿sabes cuál es el color que, según los científicos más atrae a los recién nacidos en las primeras semanas? El rojo. Así que ya sabes, procura que muchos de sus juguetes vayan acompañados de esta tonalidad para captar su atención. Y no te preocupes si de vez en cuando cruza los ojos.  La mirada estrábica es normal en las primeras semanas, ya que le cuesta un poco más enfocar las cosas, pero poco a poco desaparecerá este efecto.

No será hasta el primer mes de vida, cuando el bebé empiece a interesarse por todo el entorno que hay con él. Su cuna, esos juguetes que hay cerca…. Un radio muy estrecho que, día a día  puede ir extendiéndose

Hacia los dos meses de vida, ya es capaz de ver más allá de una distancia de 60 centímetros y más aún, de seguir un objeto en lento movimiento a una distancia de 30-60 centímetros en un arco de 180 grados. Pero el hecho más notable y emocionante para él, es cuando a partir de las 10 semanas, el niño descubre eso llamado manos y que le sirven para infinidad de cosas divertidas y útiles. Hasta para tirar del pelo de su madre a todo placer.

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Será ya entre los tres y los cuatro meses, cuando el  control muscular del ojo del bebé le ayude ya a poder fijar más la atención, a discriminar objetos e incluso contrastes. Sabrá que sus zapatos tienen diferente tono al de sus calcetines, y que estos tienen osos o lunares.

A partir de aquí, día a día se abre toda una aventura de descubrimientos que no tendrá fin. Tal vez unos niños sean más avanzados que otros, tal vez un poco más lentos incluso en su maduración, pero por término medio y según los pediatras, esta es la evolución visual de los más pequeños en su gran tarea, de ir descubriendo el mundo.

Toda una maravillosa odisea para ellos y sus padres.