Hoy en día a nadie le asombraría toparse con una mujer que pretendiese ser hombre, o un hombre que pareciera mujer. De hecho, lo último es mucho más corriente. Sin embargo, se conoce el caso de Katherina Hetzeldorfer, que no sólo aparentaba masculinidad sino que llevaba puesto un miembro de madera, a modo de pene.
Sí, fue el primer caso registrado de ejecución de una mujer por homosexualidad femenina.
El seductor del s. XV que resultó ser una mujer con un miembro de madera
A la luz de los movimientos LGBT y de los derechos de los gays, de fechas tan recientes, no puede sorprendernos la nula tolerancia a las diversidades sexuales que se ha demostrado a lo largo de la historia, y que por otra parte, siempre han existido en la humanidad.
El asunto que nos ocupa, ocurrido ya en las postrimerías del siglo XV, es completamente inédito, en el sentido de que los casos de lesbianismo no eran tan conocidos, y de alguna manera siempre han sido muy difíciles de detectar; también, que las autoridades parecían hacer la vista gorda frente a la sexualidad entre dos mujeres –esto no significa que la aceptasen, sino que si no era evidente y notorio, miraban para otro lado–. Sin embargo, el caso de Katherina indica que en realidad la sociedad no estaba dispuesta a dejar pasar semejante “infracción”.
El hecho es que Katherina se hacía pasar por un hombre. Originaria de Nüremberg, se mudó a Speyer en 1475, donde vivía con una mujer, a la que presentaba como su “hermana”. Su actitud era la de un joven mujeriego, un galán que buscaba los favores femeninos (incluso pagándolos) y que se comportaba en todo “como un hombre”.
Lo que atrajo el interés de las autoridades fue precisamente el carácter agresivo de sus aventuras sexuales, en las que incluso entraba en las casas de las mujeres con el propósito de “asalto sexual”. En verdad algo sorprendente. Así, las autoridades la detuvieron, y en el juicio salió a la luz toda la verdad. La verdad de su auténtico sexo. Y todo a raíz de que alguien hubo informado que ella y su “hermana” vivían como marido y mujer; dicha información fue una confesión de Katherina a una persona en la que confiaba.
Fue procesada sin miramientos, y en el proceso, que incluye una amplia evidencia de su comportamiento sexual, se descubrió que utilizaba un miembro de madera, y así lo testimonia una mujer en el juicio: “hizo un instrumento con una pieza de cuero, de color rojo, la parte delantera llena de algodón y una estaca de madera dentro”.
Lo increíble del caso es que todas las mujeres que atestiguaron en el juicio dijeron no haberse dado cuenta de que Katherina era una mujer, pues “actuaba, besaba y acariciaba como un hombre”.
Katherina fue condenada a morir ahogada en el Rin en 1477, lo cual ocurrió sin dilaciones. Un dato curioso: la condena se hizo a pesar de que en el documento oficial la naturaleza de su crimen quedó sin nombre, aunque estaba clara la relación con el sexo.
Antes de ella no ha habido registros de otras ejecuciones por lesbianismo, a diferencia de los casos masculinos, en los que la sodomía era duramente castigada.
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