«El resplandor» (The Shining) fue una de las obras más famosas del prolífico y siempre genial Stephen King. La adaptación cinematográfica que Stanley Kubrick realizó en 1972, se alza como un tesoro audiovisual del género de terror difícil de olvidar. El hotel, sus pasillos solitarios y los siniestros habitantes de la habitación 237 han dejado para siempre una impronta escalofriante en nuestra retina. Sin olvidar, por su puesto, la magnifica actuación de Jack Nicholson y ese hacha que a instantes, cruza la barrera del celuloide para amenazarnos con su filo cara a cara.

No obstante, algo que tal vez no conozcas es la singular simbología que el propio director escondió en «El Resplandor». La mente de Kubrick siempre iba más allá del guión. Nos abría recovecos extraños donde adentrarnos, donde saber leer entre lineas. Hoy, en Supercurioso, nos montamos en la misma bicicleta que el pequeño Danny para dar un pequeño paseo por el hotel de la montaña Overlook. ¿Te atreves?

La «Habitación 237»

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Hace un tiempo en Supercurioso te hablamos de dos películas consideradas malditas: «La semilla del Diablo» de Roman Polanski, y la famosa saga de «Poltergeist» producida por Steven Spielberg.  La adaptación que Stanley Kubrick hizo del libro de Stephen King no está considerada en absoluto una película de connotación maldita, pero para muchos, «El Resplandor», va más allá de una simple película de terror.

Los cineastas Rodney Ascher y Tim Kirk realizaron en el 2012 un documental titulado «Room 237» (Habitación 237), donde se abordaba precisamente todos los mensajes ocultos que el director quiso dejar implícitamente en la cinta. Símbolos que ellos, como auténticos fanáticos de Stanley Kubrick, decidieron recoger en este interesante documental cuyo título hace homenaje a la habitación más siniestra del hotel, donde Jack Torrance, un escritor alcohólico, acude para hacerse cargo de él en la estación invernal junto a su familia. Lo que vamos a explicarte a continuación es lo que estos dos cineastas desvelaron para cualquier amante de esta película inolvidable.

 Símbolos ocultos en la película «El Resplandor»

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  • El número 42: este número aparece en numerosas ocasiones durante la película. Podemos ver como el pequeño Danny lo lleva a menudo en sus camisetas. Incluso aparece en un momento en que los protagonistas están viendo un film titulado «Verano 1942».  Pero ¿por qué el número 42? Kubrick quiso recordar una fecha realmente trágica e inexplicable para la humanidad. En el año 1942 los nazis decidieron exterminar a los judíos. Él lo quiso reflejar, de ahí que en muchas ocasiones saliera en la pantalla una máquina de escribir alemana marca Adler (águila en aleman)  que se asociaba precisamente a este número y la burocratización realizada para ejecutar el exterminio. Las listas de los ejecutados se realizaban previamente siempre con máquinas de escribir.
  • El hotel: como recordarás, el lugar al que la familia Torrance acude para hacerse cargo en esa época del invierno donde todo queda vacío, está situado sobre una montaña llamada Overlook. Stanley Kubrick quiso ofrecer una metáfora de la despiadada mascacre realizada al pueblo indio. Este hotel está alzado, en realidad, sobre un cementerio indio. El uso continuo del hacha por parte del personaje de Jack Torrance, representa el modo en que se llevó a cabo el genocidio sobre los indios para quitarles sus recursos. En la película puedes ver también como Jack Nicholson juega con una pelota golpeando continuamente un rincón de la pared donde hay un bello tapete indio.
  • Detalles hacia el Apollo 11. Una de las teorías más llamativas que Rodney Ascher y Tim Kirk quisieron demostrar con su documental, es que Stanley Kubrick quiso dejar pistas para decir que, en realidad, el hombre nunca llegó a la Luna. Es más, según los autores el propio Kubrick pudo haber ayudado al «montaje» televisivo, que se sirvió del «Resplandor» para dejar pistas de su confesión. ¿Y dónde las vemos? Observa la camiseta de Danny en la fotografía de arriba. Es el Apollo 11. El niño juega a menudo con un cohete y una pequeña plataforma de lanzamiento en un suelo hexagonal. La disposición de los juguetes es la misma que la que se vio por televisión. También debemos tener en cuenta un elemento aún más importante: La habitación 237. Para Stephen King esta terrorífica habitación tenía la numeración 217, pero Kubrick la cambió a 237 porque en los años 60 se decía que la distancia de la Tierra a la Luna era precisamente de 237.000 millas (unos 381.414 km). Más tarde, el que de esta misma habitación maldita saliera un hombre disfrazado de oso, simbolizaba precisamente a la amenaza soviética y ese falso juego con el que EEUU quiso sorprender al mundo llegando a la Luna.

Aspectos sorprendentes que sin duda, nos obligan a ver de nuevo «El Resplandor» para descubrir esos detalles ocultos que no habíamos percibido. ¿Te animas? Para empezar, nosotros te dejamos con su famosa «intro».